Hoy en día, Tzvetan Todorov encarna como nadie la figura del humanista, del estudioso que no quiere guardarse sus conocimientos para sí mismo y los pone al servicio de las cuestiones del presente.
Esto lo explica a través de su afición a la cocina. “Se hace para los otros, se comparte con los otros, es un don, una obra efímera que desaparece de la noche a la mañana, es una obra para recomenzar todos los días…”.
A Tzvetan Todorov lo conocí leyendo el libro de Carmen Martín Gaite “El cuarto de atrás”. En él habla del libro “Introducción a la literatura fantástica” un estudio de Todorov, donde diferencia tres categorías dentro de la ficción no-realista: lo maravilloso, lo insólito y lo fantástico y según C. M. Gaite “es uno de esos libros que te espabilan y te disparan a tomar notas”.
Lo que distingue a Todorov de otros genéricamente llamados semiólogos y estructuralistas es una línea de pensamiento constante en la que defiende la trascendencia personal de los textos literarios. Esto lo explica así: “siendo el objeto de la literatura la misma condición humana, quien lea y comprenda la literatura se convertirá, no en un especialista del análisis literario, sino en un conocedor del ser humano”.
Todorov toma partido por la relación entre el sentido de los textos y el sentido de la vida del lector. La gran literatura es y ha sido siempre la que es capaz de comprometer la reflexión del lector con el sentido de la existencia.
Todorov es autor de gran cantidad de obras, traducidas a 25 idiomas. En su libro “El espíritu de la Ilustración” analiza la que tal vez haya sido la corriente de pensamiento y sensibilidad que mayor influencia ha ejercido en el desarrollo de la sociedad occidental: la vertiente humanista de la Ilustración. En este ensayo de 132 páginas con un lenguaje claro y conciso relaciona esa época con la actual en un continuo vaivén entre pasado y presente.
Actualmente se dedica al análisis de múltiples temas culturales, desde su puesto de profesor e investigador del Centro de Investigaciones de las Artes y el Lenguaje de la Escuela de Altos Estudios Sociales, dependiente del Centro Nacional de Investigaciones Científicas de París.En este año 2008 le ha sido concedido el premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales.