Jim Kohlberg acerca a Sundance una entrañable propuesta plagada de música y amor.
Transcurridos 20 años de la desaparición de su hijo adolescente Gabriel (Lou Taylor Pucci), Henry (J.K. Simmons) y Helen Sawyer (Cara Seymour) descubren que él se encuentra en un hospital. Un tumor benigno afectó su memoria, impidiéndole distinguir el pasado del presente.
Advirtiendo que Gabriel responde a la música, Henry busca la ayuda de una musicoterapeuta (Julia Ormond) que nota que cuando Gabriel escucha música rock de su agrado (The Grateful Dead, Bob Dylan, Buffalo Springfield), se reconecta con el mundo.
Basándose en el caso de estudio de Oliver Sacks “El último hippie”, Jim Kohlberg explora la división de una familia por el choque cultural de los años sesenta. A través de flashbacks, el film historiza la distante relación entre padre e hijo, particularmente el creciente disgusto de Henry por la música que siente está envenenando la mente de Gabriel.
La gran ironía del film es que la única forma que encuentra Henry de reconciliarse con su hijo es adoptando el mismo ritmo que alguna vez los distanció.
