El octavo día de Festival empezaba con la película de vampiras alemana We are the Night, y casi de forma literal, porque entrábamos en el cine pocos minutos después de que el sol asomara sobre Sitges.
Lo cierto es que de saberlo, mejor hubiera sido quedarse durmiendo porque We are the Night ha resultado ser una película completamente vacía y superficial. Se presenta como una especie de alegato feminista en clave vampírica, con un mundo en el que las vampiras acabaron con todos los vampiros porque se hartaron de ellos. Lamentablemente, la película pasa tangencialmente sobre este tema (yo me estaba acojonando porque esperaba un Sexo en Nueva York sangriento) y desemboca en una película más con la historia de siempre, que gira entorno a la bendición/condena de la inmortalidad y sobre lo guay que es ser vampiro hasta que se tuercen las cosas.
El día lo ha salvado, y de que manera, Monsters, el nuevo film de Gareth Edwards que se erige como uno de los mejores que se han pasado en este Festival de Sitges. Se trata de una road movie introspectiva que dispone un escenario fantástico lleno de monstruos gigantes accesorios en una historia en la que cada paso hacia la salvación es una revelación personal de unos personajes que encuentran en este mundo extraño su verdadero hogar.
El estreno del día en lo que respecta a la Secció Oficial de competición ha sido The Housemaid, la película surcoreana de Im Sang-soo que relata las violentas consecuencias que brotan de la relación pasional entre un hombre adinerado y su criada. Bastante perversa y demasiado melodramática para mi gusto, no creo que tenga nada que decir y puede unirse al cajón de películas prescindibles de esta 43 edición del Festival de Cinema Fantàstic de Catalunya.
Pero el tema del hoy era uno y sólo uno: A Serbian Film. Tal como he comentado, es una película exageradamente enfermiza y malsana que deja con mal cuerpo incluso a los amantes del morbo. Sinceramente es un disparate muy bestia, algunos se iban de la sala a media película y otros deberíamos haberlo hecho, pero bueno, había que verla para poder opinar sobre ella. Yo por si acaso os aviso que al lado de A Serbian Film, Martyrs es Teletubbielandia, y no exagero.
La jornada se ha redondeado con la entrega del galardón Méliès d’Or (uno de los muchos premios que reparten en Sitges) a la película Buried (Enterrado), de Rodrigo Cortés, y que, por cierto, no proyectan en el Festival. Así que nada, le felicitamos desde aquí.
En resumen, el día de hoy se ha enrarecido a causa de A Serbian Film, que ha causado el efecto que se esperaba. Nos quedamos con la grata sorpresa que ha sido Monsters y con el tiempo libre que nos ha quedado a muchos para ir a la sala de visionado (que hoy ha echado humo) y poder ver algunas películas que nos habíamos perdido en días anteriores.
Mañana llega la hora de la flamante ganadora en Cannes Uncle Boonmee Who Can Recall His Past Lives, más conocida como “la película de Apichatpong”; y del remake americano de Déjame Entrar, dirigido por Matt Reeves y protagonizado por dos jóvenes talentos tales como Chloë Moretz (Kick-Ass) y Kodi Smit-McPhee (La Carretera). Ya os diré qué tal.