Rodar de cara a la galería tiene sus inconvenientes. Nadie le puede quitar el mérito a Jaume Collet Serra por ser el primer director español en alcanzar en número uno en la taquilla norteamericana, al contrario, es un ejemplo de oficio y constancia para llegar a lo más alto y ganar crédito para poder plantearse trabajos más personales en un futuro.
Sin Identidad (Unknown) es un prometedor filme de suspense que se convierte en un thriller de acción que se limita a no defraudar, un filme consumo rápido que aprovecha al máximo sus filones, como la incesante evocación a la saga Bourne, o exprimiendo la figura de Liam Neeson como el héroe de mediana edad del momento en Hollywood tras el éxito de Venganza, de modo que la sensación imperante es que, quizá con más premeditación de la aparente, la película quiere ser más bien un reflejo de glorias pasadas que un relato genuino.
Probablemente si Polanski hubiera querido convertir Frenético en un thriller de acción, el resultado se hubiera parecido a Sin Identidad, lo que significa que tras la etiqueta de producto mainstream hay un pecado de autocomplacencia por el que no se ha orientado un buen material de base hacia un filme más ambicioso a nivel artístico. La diferencia es que mientras Polanski centra su película en el camino dubitativo del protagonista, Collet Serra apunta directamente hacia una resolución plausible, recurre constantemente a la elipsis y no profundiza tanto en el problema del Dr. Martin Harris (Liam Neeson), que a pesar de estar en una situación extrema (en un país extranjero, despojado de su identidad y con problemas de memoria), se encuentra con un rastro de migas y un grupo de buenos samaritanos que le llevan hacia la solución final con mucha facilidad.
A pesar de la renuncia a crear un vínculo empático fuerte entre protagonista y espectador, el punto de partida del filme y su ritmo intenso enganchan desde el principio, la trama mantiene un interés constante y por lo menos los giros de guión no chirrían tanto como el hecho de que todo el mundo en Berlín hable inglés.