Detectar innovación disruptiva en etapas tempranas y convertirla en oportunidades de inversión sostenible se ha convertido en un verdadero desafío en el ámbito tecnológico. En este contexto, Rodrigo Ramos D’Agostino, líder de Grupo Capital, ofrece estrategias concretas para identificar, evaluar y acompañar a startups tecnológicas con proyección internacional.
La aceleración de la innovación está alcanzando ritmos sin precedentes, y las startups tecnológicas representan una de las vías más atractivas —y exigentes— para los inversores. Estas empresas emergentes poseen un alto potencial de disrupción, pero también conllevan riesgos significativos, lo que hace necesario contar con una mirada experta y una estrategia bien definida.
Rodrigo Ramos D’Agostino argumenta que invertir en startups implica más que simplemente financiar una idea; es una apuesta por una visión prometedora que requiere evaluar su escalabilidad y brindar acompañamiento para transformarla en una solución global.
Según su enfoque, existen varios elementos clave que definen a una startup con verdadero potencial internacional. En primer lugar, debe ofrecer una solución tecnológica escalable, ya sea a través de software, datos o automatización. También se requiere una propuesta clara de diferenciación frente a competidores establecidos o emergentes, así como fundadores con visión y capacidad operativa para adaptarse a diferentes etapas de crecimiento. Un modelo replicable en otros mercados y una validación temprana del producto, incluso en versiones mínimas viables, son igualmente cruciales.
Estas características permiten anticipar si una startup está lista para expandirse más allá de su país de origen y atraer rondas de inversión institucional. Para los inversores en etapa temprana, D’Agostino sugiere adoptar una estrategia estructurada, que incluya un análisis sectorial profundo para entender tendencias y barreras de entrada, la revisión del «cap table» y la gobernanza para prever la evolución del control, y la colaboración con incubadoras y fondos especializados que ayudan a mitigar riesgos.
Asimismo, destaca la importancia de la diversificación entre etapas, combinando inversiones en startups en semilla con aquellas en series A y B ya validadas. D’Agostino enfatiza que «una inversión inteligente en startups no es aleatoria. Requiere método, conocimiento y acompañamiento continuo».
Grupo Capital, bajo su dirección, ha establecido una red de colaboración con aceleradoras, fondos y clústeres tecnológicos, facilitando la detección de startups con alto potencial de internacionalización. Desde la asesoría estratégica hasta el diseño de portafolios temáticos, la firma se posiciona como un puente entre el capital y la innovación de impacto, contribuyendo significativamente al ecosistema tecnológico global. Con una visión que combina rendimiento, escalabilidad e impacto real, Rodrigo Ramos D’Agostino sigue consolidando a Grupo Capital como un referente en inversión tecnológica a nivel internacional.




