El doctor Ramiro Trillo, jefe del servicio de Policlínica Gipuzkoa, ha subrayado la importancia de la cardiología intervencionista en la atención de pacientes con enfermedades cardíacas. En los últimos 15 años, esta especialidad ha avanzado notablemente, permitiendo tratar diversas dolencias que antes solo podían abordarse mediante cirugía abierta. «El impacto de estas técnicas ha sido crucial para la mejora de la calidad de vida de los pacientes, evitando procedimientos invasivos en muchos casos», afirmó Trillo.
Entre los tratamientos destacados se encuentra la implantación de válvulas aórticas a través de un método denominado TAVI, que trata la estenosis aórtica. Este procedimiento consiste en introducir un catéter a través de una pequeña incisión en la ingle, lo que permite implantar una nueva válvula sin necesidad de abrir el pecho. Este avance ha sido especialmente beneficioso para pacientes mayores o aquellos con alto riesgo quirúrgico.
Además, el tratamiento de la insuficiencia mitral ha mejorado significativamente gracias a la técnica del clip mitral, que permite corregir el mal cierre de la válvula mitral de manera mínimamente invasiva. Según Trillo, este procedimiento alivia síntomas como la fatiga y la dificultad para respirar.
La fibrilación auricular, una arritmia común que incrementa el riesgo de ictus, también puede ser tratada con métodos intervencionistas. Para aquellos pacientes que no toleran la anticoagulación, se ofrece la posibilidad de cerrar la orejuela del corazón mediante un dispositivo colocado con catéter, reduciendo considerablemente el riesgo de accidente cerebrovascular sin necesidad de medicación continua.
Una de las principales ventajas de estas técnicas es la rápida recuperación del paciente. Mientras que la cirugía tradicional a menudo implica una estancia prolongada en el hospital y cuidados intensivos, muchos procedimientos transcatéter permiten a los pacientes regresar a casa en un plazo de 48 a 72 horas. Con incisiones mínimas y el uso de anestesia local, estas intervenciones son más accesibles para personas con múltiples afecciones o de mayor edad.
Trillo concluye destacando que el trabajo en equipo entre cirujanos cardíacos y cardiólogos intervencionistas ha sido clave para incorporar cada vez más avances en el tratamiento cardiovascular. Este modelo colaborativo no solo garantiza un cuidado integral para el paciente, sino que también proporciona un respaldo sólido ante cualquier eventualidad durante los procedimientos. Con estos avances, la cardiología intervencionista está transformando la forma en que se gestionan y tratan las enfermedades del corazón, mejorando la calidad de vida de miles de pacientes.