En un foro internacional sobre biotecnología marina y sostenibilidad portuaria que tuvo lugar en Alicante, Inma Farran, presidenta de la Fundación Ona Futura, hizo hincapié en la importancia de la regeneración marina vinculada a un impacto económico positivo. La Fundación, que se centra en la acción medioambiental, cultural y educativa, subraya que para que un proyecto azul sea realmente sostenible, debe generar oportunidades económicas para los actores involucrados, como científicos, pescadores y empresas locales, así como para las comunidades costeras del Mediterráneo, especialmente aquellas más dependientes de los recursos marinos.
Durante su intervención, Farran destacó que «la regeneración marina tiene que ir acompañada de mejores oportunidades económicas», sugiriendo que esto podría lograrse a través de iniciativas como la pesca sostenible y el turismo regenerativo. Afirmó que «si el territorio no gana, el proyecto no escala», haciendo énfasis en la necesidad de alinear regulaciones y compartir datos entre los países mediterráneos para que los esfuerzos de restauración marina sean efectivos.
En la mesa redonda denominada ‘Cooperación Azul entre Europa y el Norte de África’, la presidenta de la Fundación subrayó que uno de los retos significativos para la escalabilidad de los proyectos azules radica en la variabilidad del nivel de madurez institucional, técnica y regulatoria entre los países. «Esto obliga a quienes trabajan en la restauración marina a invertir mucho tiempo en traducir normativas y adaptar metodologías», comentó.
Farran identificó cuatro principales desafíos en esta labor: la fragmentación regulatoria, el acceso desigual a datos, la burocracia lenta y la existencia de ecosistemas empresariales desiguales. Comentó que la diversidad en la definición de conservación y restauración entre países dificulta la replicación de modelos exitosos y que la falta de datos fiables puede obstaculizar la capacidad de medir el impacto y atraer inversión.
Para superar estos desafíos, la Fundación Ona Futura propone tres mecanismos clave. En primer lugar, modelos estables de cogobernanza que permitan compartir decisiones y responsabilidades entre administraciones, ciencia, empresas y ciudadanía. En segundo lugar, un enfoque de financiación híbrido enfocado en resultados, destacando la eficacia de los contratos de impacto azul que combinan diferentes fuentes de financiación. Por último, la creación de plataformas mediterráneas de datos estandarizados es esencial para facilitar la cooperación y acelerar los procesos necesarios para la restauración marina.
Con estas propuestas, la presidenta de la Fundación Ona Futura sostiene que se puede lograr un avance significativo en la restauración de ecosistemas marinos, contribuyendo así a un futuro más sostenible para las comunidades costeras del Mediterráneo.





