En un mundo cada vez más conectado y cambiante, muchas personas se sienten insatisfechas con sus hogares, lo que a menudo les lleva a pensar que es necesario realizar una reforma completa. Sin embargo, expertos en diseño y psicología ambiental apuntan a que la verdadera raíz del malestar puede no residir en la estructura física de la casa, sino en lo que se conoce como «ruido visual».
El ruido visual se refiere a la saturación de estímulos visuales que pueden generar ansiedad y descontento. Fundamentalmente, este fenómeno se manifiesta a través de la acumulación de objetos, una mala distribución del espacio y colores que no generan armonía. Según la arquitecta y diseñadora de interiores Laura Martín, “muchas veces lo que se percibe como una insatisfacción con el hogar es, en realidad, una sobrecarga visual que puede solucionarse con pequeños cambios”.
Las encuestas realizadas por diversas firmas de diseño revelan que un porcentaje significativo de personas que se siente infeliz en su vivienda menciona como principal motivo la sensación de desorden o el exceso de decoración. “Un espacio ordenado y minimalista no solo mejora la estética del hogar, sino que también contribuye a un bienestar mental significativo”, aclara Martín.
Adicionalmente, el uso del color juega un papel crucial en la percepción del espacio. Tonos muy intensos o una combinación caótica de colores pueden resultar agobiantes. Los expertos recomiendan tonos más neutros y la incorporación de elementos naturales para fomentar la tranquilidad y el equilibrio.
Cuando la necesidad de una reforma aparece en el horizonte, muchas veces los propietarios consideran cambios drásticos, que pueden implicar una inversión considerable y meses de obra. Sin embargo, una simple reestructuración del espacio o el cambio de algunos muebles puede ser suficiente para transformar la percepción del hogar. “A veces, cambiar un único elemento o retirar algunos objetos puede marcar una gran diferencia”, sugiere el psicólogo ambiental Diego López.
En este contexto, empieza a cobrar fuerza la tendencia del «home staging», que consiste en preparar una casa para resaltarla visualmente antes de una venta. Sin embargo, muchos no se dan cuenta de que este mismo principio puede aplicarse para su propio disfrute. Simplificar el entorno, deshacerse de lo innecesario y seleccionar cuidadosamente los elementos decorativos puede ser la clave para encontrar felicidad en casa sin necesidad de realizar reformas drásticas.
En conclusión, antes de lanzarse a hacer rehabilitaciones costosas y prolongadas, es fundamental analizar el propio entorno y preguntarse si lo que realmente se necesita es una renovación completa o si, en cambio, un enfoque más minimalista y consciente podría ser la solución a la insatisfacción. Redefinir nuestro espacio vital podría ser la manera más eficaz de volver a enamorarnos de nuestros hogares.