En 2024, el turismo en la Unión Europea experimentó un notable incremento, con el número de noches pasadas en alojamientos turísticos alcanzando los 3.020 millones. Este aumento del 2,7% respecto al año anterior marca un hito, superando la barrera de los 3.000 millones de noches por primera vez en la historia.
Del total de pernoctaciones, casi dos tercios, un 62,8%, se registraron en hoteles y alojamientos similares, mientras que el 23,7% correspondió a alojamientos de corta estancia, como apartamentos alquilados. Los campings y parques recreativos representaron el 13,5% restante.
Entre los países de la UE, Chipre y Malta destacaron por su crecimiento exponencial en turismo, con incrementos de 14,5% y 14,4%, respectivamente. Latvia, aunque a una distancia considerable, también mostró un crecimiento notable del 7,4%. En el extremo opuesto, solo Finlandia y Francia registraron ligeras disminuciones en las noches de alojamiento, con descensos del 0,7% y 0,6%, mientras que Bélgica y Suecia mantuvieron cifras relativamente estables con un ligero aumento del 0,3%.
Una tendencia importante observada es que la mayor parte de las noches pasadas en la UE fueron realizadas por turistas nacionales, que representaron un 51,9% del total. Esto se traduce en aproximadamente 1.570 millones de noches. Por su parte, los visitantes internacionales aportaron un 48,1%, lo que implica 1.450 millones de noches. Dentro de los huéspedes extranjeros, el 61,6% provenía de otros países de la UE, y el 21,3% de naciones europeas no pertenecientes a la UE. Solamente un 16,4% de las pernoctaciones internacionales correspondieron a turistas de otras regiones del planeta.
En el ámbito de los continentes, los turistas de América del Norte fueron los que más contribuyeron a las noches internacionales, representando un 7,5% del total de pernoctaciones, seguidos por los visitantes de Asia con un 4,9% y de América Central y del Sur con un 2,3%. También se contabilizaron un 1,0% de procedencia de Oceanía y un 0,8% de África.
Así, el año 2024 se presenta como un periodo de recuperación y crecimiento para el turismo en la Unión Europea, reafirmando la importancia de este sector tanto para la economía local como para la conectividad cultural entre las diferentes regiones.
