En un contexto donde la salud y el bienestar se han vuelto imprescindibles en el discurso social, el uso de suplementos vitamínicos ha crecido de manera notable. Estos productos, que prometen fortalecer el sistema inmunológico y mejorar diversas condiciones físicas, están omnipresentes en farmacias, supermercados y redes sociales, siendo adquiridos por millones de personas que buscan soluciones rápidas y efectivas para mejorar su calidad de vida.
Sin embargo, este auge en la automedicación ha generado preocupación entre los expertos, quienes advierten de la desinformación predominante. Muchos consumidores optan por la suplementación sin consultar a un profesional de la salud, dejándose llevar por recomendaciones poco fundamentadas y publicidades atractivas.
Desde Quirónprevención, expertos en prevención de riesgos laborales, se ha enfatizado la necesidad de manejar la suplementación de manera racional y basada en evidencia. La compañía busca aclarar varios mitos que rodean al uso de suplementos, resaltando la importancia de una alimentación balanceada. Por ejemplo, es un error común pensar que la ingesta de vitaminas puede reemplazar una dieta adecuada. Los alimentos son fuentes invaluables de nutrientes, fibra y compuestos bioactivos que no se encuentran en los suplementos.
Otro mito frecuente es la creencia de que más vitaminas equivalen a mejores resultados. El exceso de ciertas vitaminas, sobre todo las liposolubles, puede acumularse y causar toxicidad, afectando órganos vitales como el hígado y los riñones. Por otro lado, muchos asumen que todo lo natural es seguro, pero esa percepción puede ser engañosa. Algunos suplementos naturales pueden interactuar con medicamentos y causar efectos adversos.
La necesidad de suplementos también se ha vinculado erróneamente con la práctica del deporte. La mayoría de las personas activas no requieren suplementación, siempre que su alimentación sea adecuada. Adicionalmente, hay quienes suponen que todos necesitamos vitaminas específicas como la D o la B12, cuando en realidad, las necesidades varían dependiendo de factores como la edad o la dieta.
Los probióticos son otro ejemplo de consumo no siempre justificado; aunque pueden ser beneficiosos en ciertos contextos, no son necesarios para todos. Finalmente, el colágeno ha sido promocionado como una solución para la juventud de la piel y la salud de las articulaciones, aunque su eficacia sigue siendo objeto de debate y no produce resultados inmediatos.
Quirónprevención aboga por una educación que promueva hábitos saludables que no dependan de la supralimentación. Con un enfoque en mejorar la dieta, la calidad del sueño y el manejo del estrés, se apunta a un bienestar que trasciende la simple ingesta de pastillas. Concluyen que, aunque los suplementos pueden ser útiles en determinadas circunstancias, su uso debe ser siempre ponderado y orientado por un diagnóstico profesional.