En muchas comunidades de vecinos, los propietarios deben seguir una serie de normativas que regulan la convivencia y el uso de espacios comunes. En este sentido, un aspecto que ha cobrado relevancia en los últimos años es la instalación de aire acondicionado en los hogares. Aunque este sistema de refrigeración se ha vuelto casi imprescindible durante los meses de calor, hay un detalle que podría complicar su uso: la fachada del edificio.
Una reciente sentencia del Tribunal Supremo ha puesto de manifiesto que las comunidades de propietarios tienen la capacidad de obligar a los residentes a retirar sus unidades de aire acondicionado si éstas afectan negativamente al aspecto estético del inmueble. Esto se debe a que las normativas que regulan el régimen de propiedad horizontal incluyen la obligación de mantener la fachada del edificio en buen estado y evitar alteraciones que puedan perjudicar su imagen.
El fallo del tribunal establece que cualquier instalación que se considere perjudicial para la armonía visual del edificio puede ser motivo suficiente para exigir su desmantelamiento. Esto ha llevado a muchos propietarios a revisar los reglamentos internos de su comunidad para asegurarse de que su aire acondicionado cumple con todas las normativas establecidas.
Los expertos en derecho inmobiliario advierten que es fundamental obtener la aprobación de la comunidad antes de instalar cualquier sistema que pueda modificar la fachada. La falta de cumplimiento con estas normas puede resultar en multas, y en situaciones extremas, en la obligación de desinstalar el aparato.
Por ello, se recomienda a los propietarios consultar con la comunidad y, en su caso, presentar un proyecto que respete la estética del edificio. En algunos casos, existen soluciones menos invasivas que podrían ser más aceptables y que podrían evitar conflictos futuros.
En un momento en que las temperaturas siguen aumentando y las olas de calor se vuelven más frecuentes, la necesidad de refrigeración en los hogares es cada vez más urgente. Sin embargo, es fundamental equilibrar dicha necesidad con el respeto a los acuerdos comunitarios y la normativa vigente, para garantizar una convivencia armónica entre todos los vecinos.
