En un estudio reciente sobre la disposición del mobiliario en salones rectangulares, expertos en diseño de interiores han señalado que colocar el sofá contra la pared puede reducir la percepción del espacio y hacer que estas áreas parezcan más pequeñas. Este hallazgo invita a replantear la manera en que se organiza el mobiliario en los hogares.
Los diseñadores argumentan que, al anclar el sofá en una de las paredes, se limita la fluidez y la circulación dentro de la habitación. En lugar de ofrecer un ambiente acogedor y abierto, esta disposición tiende a crear una sensación de encierro. A medida que las tendencias de diseño evolucionan, se sugiere que los sofás se coloquen en posiciones más centrales, lo que permite una mejor interacción entre los elementos de la sala y favorece una atmósfera más amplia y dinámica.
El estudio también ha resaltado la importancia de la iluminación en la percepción del espacio. Salones bien iluminados y con una colocación estratégica del mobiliario pueden engañar al ojo, dando la impresión de un área más espaciosa. Por el contrario, los espacios oscuros y mal distribuidos refuerzan la sensación de reducida amplitud.
Con estos nuevos enfoques, muchos propietarios están empezando a reconsiderar cómo organizan sus salones. Se sugiere la inclusión de piezas auxiliares, como mesas de café y estanterías, que pueden diversificar el uso del espacio sin sobrecargarlo. Además, los expertos destacan la importancia de jugar con colores y texturas que ayuden a abrir la habitación visualmente.
El cambio en la visión del diseño de interiores plantea un desafío interesante: innovar en la creación de un hogar que no solo sea funcional, sino también visualmente atractivo. Al final, la clave está en encontrar un equilibrio para maximizar el espacio y la comodidad, transformando los salones rectangulares en entornos acogedores y agradables para el día a día.