Para alguien como yo, a quien siempre le ha gustado la historia en su vertiente más social, la novela ha sido un recurso muy importante como fuente de información. En ellas podemos encontrar, de forma directa o más subliminal, detalles sobre las diferentes formas de vida de la gente: cómo son sus casas, de qué trabajan, el papel de la mujer, la educación, su capacidad económica o la forma de vestir, …
Si, por ejemplo, nos interesara saber cómo era la vida en la Corte española del siglo XVII podríamos acercarnos a la obra de Lope de Vega o si nos atrajera el mundo de los corsarios tendríamos la opción de leer alguna de las aventuras del capitán Alatriste de Pérez Reverte.
Para conocer algo sobre la mísera vida en las grandes ciudades en pleno proceso de industrialización nos serían muy útiles las obras de Charles Dickens así como las obras de Jane Austen para analizar el papel de la mujer en la Inglaterra del siglo XVIII.
Si, por otro lado, nos sintiéramos interesados en las duras experiencias del nazismo en el primer tercio del siglo XX podríamos acercarnos a varias obras como pueden ser el actual éxito de John Boyne.
Incluso en las novelas de ciencia ficción podemos ver cómo sus autores tienen que plantearse cómo es la sociedad en la que ha de situar a sus personajes: autoritaria, liberal, represiva, machista, anárquica, sin recursos, … Recordemos 1984 de George Orwell.
También pueden ser válidas las actuales novelas de carácter histórico que nos acercan a diferentes momentos de nuestro pasado. Algunas de ellas son criticadas por no haber conseguido ser fieles al periodo que pretenden reflejar pero, en mi opinión, hemos de tener en cuenta que sus autores han tenido que documentarse para intentarlo.
Es de todo esto de lo que trataré en esta columna que os propongo. Veremos diferentes obras y os mostraré cómo en ellas el autor nos muestra esa sociedad en la que se desarrolla su historia.