La experiencia del candidato en los procesos de selección ha cobrado una importancia significativa en el ámbito empresarial, convirtiéndose en un indicador clave de la cultura corporativa y un pilar esencial en la construcción de una sólida marca empleadora. Desde Gi Group Holding, se subraya la relevancia de cuidar esta experiencia, ya que el candidato de hoy puede ser el cliente, proveedor o prescriptor de mañana. La gestión efectiva del proceso de selección refleja cómo opera una empresa y, a su vez, permite detectar contradicciones entre el discurso corporativo y la práctica real.
Cada etapa del proceso de selección, desde la redacción de la oferta hasta la entrevista final y el onboarding, crea una narrativa que va más allá del simple resultado. Comunicar de manera clara y cuidar la interacción con los candidatos establece un ambiente de profesionalidad y confianza. En cambio, procesos impersonales pueden dejar una huella negativa en la percepción de la organización.
Javier Carbonell, Candidate Experience Manager de Gi Group Holding, enfatiza que el proceso de selección debe ser enriquecedor incluso para aquellos que no son seleccionados. La meta es que cada candidato se lleve una impresión positiva de la empresa, independientemente del desenlace. Para ello, es fundamental que la experiencia incluya tecnología amigable, claridad en las etapas, una comunicación fluida y feedback efectivo. Este enfoque no solo refuerza la imagen de la organización, sino que también aumenta las probabilidades de que un candidato acepte una oferta laboral.
Adicionalmente, el impacto de un proceso de selección bien diseñado puede influir en la lealtad del candidato a lo largo del tiempo. Aquellos que tienen una experiencia positiva tienden a estar más predispuestos a participar en futuros procesos y a recomendar la empresa, convirtiéndose en embajadores de la marca. La conexión establecida desde las primeras etapas facilita una incorporación más fluida y un mayor compromiso desde el primer día, lo que afecta directamente a la productividad del nuevo empleado.
El papel de los hiring managers, quienes son responsables de validar el perfil del candidato y muchas veces conducen las entrevistas, es crucial en esta experiencia. La formación en habilidades como la comunicación y la escucha activa se está integrando cada vez más en las empresas para asegurar que todos los involucrados en el proceso de selección estén preparados para brindar una experiencia positiva.
Desde una perspectiva estratégica, asegurar que los procesos sean justos, inclusivos y accesibles se vincula con los compromisos de sostenibilidad social de las organizaciones. Algunas empresas están comenzando a auditar sus procesos de selección para garantizar que todos los perfiles, sin importar su origen o capacidades, tengan una experiencia alineada con los ideales éticos de la compañía.
La experiencia del candidato ha pasado de ser un aspecto secundario a convertirse en una herramienta de posicionamiento y comunicación vital. Cada proceso de selección ofrece una oportunidad para mostrar los valores de la organización y su compromiso con el entorno profesional y social, convirtiéndose así en un factor determinante en la atracción de talento.