«Por ella, sin ella, la vida se me ha hecho un lío. Antes de conocerla, mi existencia era un apretado ovillo de lana: ningún cabo suelto. Hace dos meses, después de aquel fin de semana, se me deshizo la madeja entera, y ahora soy como un largo hilillo desordenado, que se enreda en cualquier esquina, que parece querer atarse a todo, que aspirase a enlazarse, a adquirir forma, que buscase hacerse prenda tricotada, una segunda piel a la medida de quien ya no entra en sus viejos vestidos. Desde que la conocí no me la puedo quitar de la cabeza, y tal vez si lo escribo, si cuento cómo la encontré y la perdí, cómo a pesar de su ausencia la llevo dentro y viaja conmigo, podré empezar a tejer mi vida con la conciencia de que vivir no basta y de que hacer punto con la propia biografía implica construcción y movimiento, y lleva a algún lugar.»
Así comienza «Mariposas en la nieve» de Lola Beccaria. Esta novela nos cuenta la aventura un tanto irreal y con aires oníricos que vive una pianista cuyo nombre no se nos revela a lo largo de la historia. A través de una narración subjetiva, la autora nos va desmadejando una trama que se desenvuelve en un ambiente amenazador y que adorna con detalles originales y descripciones curiosas. La protagonista regresa de una actuación y se pierde entre carreteras solitarias, cuando comprueba que apenas le queda gasolina se fija en un cartel que conduce a un pueblo: Raspajo de la Sierra, un lugar que resultará ser tremendamente inquietante. A partir de aquí comienza un misterio cuya narración rebosa simbolismo. Quizá esta parte, la que transcurre en el pueblo, me ha resultado un poco larga. No obstante, es un libro que me ha gustado y creo que puede conectar con esos aspectos de la vida que a veces nos cuesta comprender y que están ligados a lugares de difícil acceso consciente… Gracias a la parada en Raspajo de la Sierra, la protagonista echará la vista atrás y buscará en su infancia las claves para retomar un camino menos equivocado, más acorde consigo misma, el de los sueños y deseos que nos llevan a querer, por ejemplo, volar como una mariposa.