Los Data Brokers Venden Tu Información de Vuelos a CBP e ICE

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Las revelaciones recientes sobre las prácticas de un corredor de datos que maneja información sensible, como el Airlines Reporting Corporation (ARC), han reabierto el debate sobre la privacidad y la vigilancia en Estados Unidos. Durante años, los corredores de datos han operado en la penumbra, aprovechándose de las lagunas en las leyes de privacidad para recopilar información sin el conocimiento o el consentimiento significativo de los individuos. Esta información incluye los movimientos precisos de los ciudadanos, la cual es vendida sin restricciones a entidades privadas y gubernamentales, incluyendo fuerzas del orden.

Un informe reciente reveló que ARC, que está vinculado a varias aerolíneas importantes, ha estado vendiendo el acceso a los registros de vuelos domésticos de los viajeros a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de EE.UU. Esta venta incluye no solo nombres y detalles de vuelos, sino también información financiera. A pesar de esto, las fuerzas de seguridad han estado evitando revelar la fuente de esta información, eludiendo así la protección que ofrece la Cuarta Enmienda sobre la obtención de datos sin orden judicial adecuada.

El programa de inteligencia de viajes de ARC agrega datos de pasajeros, abarcando más de mil millones de registros de viajes, tanto de ciudadanos estadounidenses como de no ciudadanos. La CBP justifica la necesidad de estos datos para rastrear a «personas de interés», pero en un contexto donde aumentan las preocupaciones sobre la vigilancia y el control, esta situación se convierte en una herramienta que puede llevar a la discriminación y el abuso.

Con más de 200 aerolíneas trabajando con ARC, y cubriendo más del 54% de los vuelos globales, la situación se vuelve insostenible. Al vender este tipo de información a agencias de la ley, estas aerolíneas priorizan sus beneficios por encima de la privacidad de los viajeros. En un clima donde la protección de datos se vuelve cada vez más crítica, el uso y la venta de información personal sin consentimiento generan un creciente temor sobre el uso que se dará a estos datos.

Además, la vigilancia no se detiene solo en los datos de vuelo. La industria de los datos ha llevado esto a niveles aún más profundos, vendiendo información de ubicación de dispositivos móviles y datos relacionados con servicios públicos a agencias de inmigración y seguridad nacional, lo que agrava aún más la erosión de las libertades individuales.

A medida que la presión por leyes que garanticen la privacidad se intensifica, se vuelve fundamental establecer normativas que restrinjan la recopilación y venta indiscriminada de datos personales. La necesidad de legislación que imponga límites sobre cómo las corporaciones manejan los datos se hace palpable para proteger a los ciudadanos de un futuro donde su información personal esté constantemente bajo vigilancia y explotación.
Fuente: EFF.org