Katherine Heigl abandonó la serie “Grey´s Anatomy” para concentrarse en su carrera en cine. Por su carisma, belleza y habilidad para la comedia romántica, la crítica especializada la proyectaba como la sucesora de Meg Ryan.
Sin embargo, Heigl pareciera no poseer el mismo talento que Ryan para escoger sus roles. Al menos eso se concluye de su últimos trabajos como “Killers” y “Life as we know it”.
Holly Berenson (Heigl), una soltera treinteañera dueña de un pequeño café, debe afrontar la mayor responsabilidad de su vida: criar a la beba de su mejor amiga, quien falleció junto a su marido en un accidente automovilístico.
Esta responsabilidad, no obstante, es compartida, ya que según el testamento del matrimonio, Messer (Josh Duhamel), el mejor amigo del esposo, también es nombrado guardián de la niña.
El desarrollo del film es conocido por todos: solteros cuyas libres vidas se ven trastornadas por la aparición de un ser que no controla sus esfínteres, resentimiento mutuo por una convivencia forzada, discusiones por asignación de tareas y futuro enamoramiento.
Nada sorprende en este film dirigido por Greg Berlanti. O mejor dicho: Heigl sigue sorprendiendo por sus titánicas elecciones. Y el Titanic terminó bajo el agua.
