La polución directamente relacionada con el aumento de la incidencia del ojo seco

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Todo el mundo sabe los problemas que causan la polución a nuestra salud. Son problemas que están asociadas, principalmente, a las enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Aunque esto suele ser lo habitual, estudios recientes han demostrado que también afecta a otras enfermedades como las relacionadas con la vista.

El aumento del tráfico en las grandes ciudades se ha convertido en la principal fuente de polución. Los compuestos químicos que emiten las fábricas, los aires acondicionados o el clima seco también influyen en el aumento de la contaminación ambiental. Sin ir más lejos, según la Organización Mundial de la Salud, 9 de cada 10 personas están expuestas a niveles de contaminación ambiental superiores a las recomendadas. Esto provoca que cada vez haya más personas afectadas por el síndrome del ojo seco.

La polución directamente relacionada con el aumento de la incidencia del ojo seco 1

El humo que desprenden los incendios no solo afecta al aparato respiratorio, sino que los ojos también se pueden ver perjudicados. Los ojos de las personas que viven cerca de las zonas afectadas por los incendios así como los de aquellas encargadas de la extinción o en labores de ayuda en la no propagación se resienten e incluso pueden llegar a sufrir afecciones graves. “El humo y las pequeñas partículas en suspensión (que pueden estar ardiendo) pueden provocar quemaduras en el exterior y en el interior de los ojos, queratitis (inflamación de la córnea) e incluso abrasiones corneales, que si no son tratadas a tiempo por un especialista pueden derivar en problemas de visión permanentes” explica la Dra. María Capote, oftalmóloga responsable de la Unidad de Retina y Vítreo de Central Ocular.

La superficie ocular, formada por conjuntiva (película que recubre la parte blanca del ojo y el interior de los párpados), córnea (estructura ocular que permite el paso de la luz desde el exterior al interior del ojo y que protege el iris y el cristalino) y película lagrimal (fina capa líquida que tiene como función proteger al ojo de los agentes externos y de humedecer el ojo, fundamental para la salud visual), se encuentra en continua exposición a estos altos niveles de contaminación ambiental, por lo que es la más afectada.

¿Se puede prevenir la aparición de estas enfermedades oftalmológicas?

A día de hoy, no existe un remedio, pero para impedir su aparición sí podemos minimizar sus factores de riesgo como la contaminación ambiental, aunque esto no supone una garantía total. Sin embargo, sí que pueden seguir una serie de consejos para minimizar el riesgo.

  • Utilizar gafas de sol con una adecuada protección UVA
  • Uso de lágrimas artificiales. “Aunque no suponen un peligro para las personas que las utilizan, es recomendable que sean prescritas por un especialista, ya que éstas serán específicas para cada paciente” añade la Dra. María Capote
  • Extremar las precauciones y la higiene en caso de la utilización de lentes de contacto
  • Evitar la exposición directa a aires acondicionados o calefacciones
  • No permanecer mucho tiempo en ambientes con humo de tabaco o muy cargados
  • Acudir a un oftalmólogo en el caso de que se presenten síntomas y signos como ojos rojos, picor, quemazón, sensación de cuerpo extraño, vista cansada, fotofobia (sensibilidad a la luz) o lagrimeo, entre otros