Hace unos días, un camionero italiano de 39 años, iba con su camión por Francia. Cuando se dio cuenta de que unos policías le iban a hacer parar en un control, arrancó el disco y se lo comió como si de un dónut se tratase.
En los tacógrafos, se registra automáticamente la velocidad del vehículo que los incorpora, los kilómetros recorridos, y el tiempo de actividad o descanso del que conduce el camión. Fue por esto que se lo comió, para evitar que lo descubriesen. Pero el delito no acaba aquí.
Para más inri, el camionero manipulaba los datos grabados en el tacógrafo con un palillo. ¿Qué era exactamente lo que no quería que descubriesen? ¿Que infringía las leyes de tiempo de conducción o que manipulaba el tacógrafo? Creo que hubiese sido más inteligente no hacer nada que manipularlo y comérselo. ¿Infringir tiene más delito que manipular por haber infringido?
Esperemos que esto no sirva de modelo para los camioneros que infrinjan. Si esto llegase a ser así, se replantearían las empresas el hecho de ponerles sabor, vitaminas o lo que sea? Almenos no será tan perjudicial para los estómagos de los conductores. ¿No creéis?
Vía: LaVanguardia | Forocoches