La Mayor Parte de la Inversión Bruta de la UE Permanece en la Unión

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A close up of two people in suits shaking hands over a table.

En 2023, el 50,8% de las filiales extranjeras controladas por unidades institucionales residentes en países de la Unión Europea se encontraban ubicadas fuera del territorio europeo. Este dato, obtenidos a partir de estadísticas publicadas por Eurostat, refleja una notable expansión de las empresas de la UE en mercados globales.

El análisis revela que Croacia, España, Portugal y Suecia son los países con mayor proporción de filiales extranjeras activas fuera de la UE, alcanzando cifras del 64,7%, 60,1% y 57,9%, respectivamente. Por el contrario, naciones como Eslovaquia (6,6%), Grecia (9,2%) y Letonia (19,4%) tienen la menor representación de sus filiales en el extranjero.

En lo que respecta al empleo, el informe destaca que el 61,6% de los trabajadores y autónomos empleados por estas filiales están activos fuera de la UE. Irlanda se posiciona como líder en este indicador, con un impresionante 82,3% de sus empleados de filiales trabajando en el extranjero, seguido por España (77,0%) y Bulgaria (66,7%). Eslovaquia reportó la menor proporción, con solo un 6,2%.

Además de los datos de empleo, la investigación examina los gastos por beneficios de los empleados de filiales establecidas fuera de la UE, los cuales alcanzan un 59,1%. De nuevo, Irlanda lidera este sector, destinando un 76,1% de sus gastos en beneficios a estas filiales exteriores, mientras que Eslovaquia, con un 5,7%, presenta la menor proporción.

Otro aspecto importante a considerar es el rendimiento financiero de estas filiales. En 2023, las empresas controladas por países de la UE generaron el 61,2% de su neto de ingresos fuera de la comunidad. Irlanda, con un 77,4%, y los Países Bajos (70,7%) y España (69,5%) se destacan en estas cifras. Por otro lado, Eslovaquia, Letonia y Hungría informaron los porcentajes más bajos, con cifras que rondan el 6,2%, 13,1% y 13,9%.

En cuanto a la inversión bruta en activos no corrientes tangibles, solo un tercio del total (32,8%) se invirtió en empresas situadas fuera de la UE. Irlandeses, daneses y portugueses también se destacan aquí, con acciones que abarcan hasta el 80,3%, 65,9% y 60,5%, respectivamente, mientras que los niveles más bajos fueron registrados por Rumanía (3,6%), Hungría (6,0%) y Eslovaquia (10,6%).

La información presentada resalta no solo la tendencia creciente de las empresas europeas a diversificarse y expandirse más allá de las fronteras de la UE, sino también las diferencias significativas entre los países en términos de control, empleo e inversión en sus filiales extranjeras. Los datos sugieren una fuerte orientación hacia la globalización, que podría tener implicaciones tanto para la economía europea como para el entorno comercial internacional en los años venideros.