El debate sobre la protección de los jóvenes en internet vuelve a centrar la atención del Senado con la introducción del Kids Online Safety Act (KOSA). Sus patrocinadores aseguran que esta nueva versión no fomentará la censura de contenido en línea; sin embargo, múltiples críticas apuntan a que, como en versiones anteriores, este proyecto de ley podría suprimir la libertad de expresión, afectando especialmente a los más jóvenes.
El núcleo de KOSA se basa en la exigencia de que las plataformas digitales «ejercen un cuidado razonable» para prevenir una extensa lista de daños a menores, como la depresión, la ansiedad y el acoso escolar. A pesar de las afirmaciones que intentan minimizar su impacto, la realidad es que este marco legal permitiría a agencias gubernamentales demandar a las plataformas que no bloqueen o restrinjan contenido considerado dañino. Esto crea un entorno donde la opción más segura para las plataformas podría ser eliminar completamente ciertos foros o discusiones.
La iniciativa afectaría de manera desigual a las empresas tecnológicas. Mientras que gigantes como Apple y X han mostrado su apoyo, las plataformas más pequeñas, que a menudo carecen de los recursos necesarios, se verían obligadas a navegar en un clima de sobrecensura. Temen que la amplia gama de «daños» mencionados en KOSA les impida abordar temas críticos, como la salud mental y la asistencia a personas en crisis.
Además, KOSA se basa en conceptos poco claros, como el «uso compulsivo» de servicios en línea, sin que exista un consenso científico sobre su definición o sus efectos. Esta falta de claridad podría resultar en censura, ya que las plataformas podrían optar por eliminar contenido para evitar responsabilidades legales.
Los defensores del proyecto argumentan que no se aplicará a usuarios en función de su «punto de vista», pero las disposiciones del texto parecen favorecer ciertas perspectivas sobre otras. Si las plataformas enfrentan demandas por permitir discusiones sobre ciertos temas sensibles, la consecuencia inevitable será una mayor restricción del discurso en línea.
Con KOSA, los legisladores están poniendo su confianza en que las administraciones futuras definan lo que los jóvenes y el público en general deben poder acceder en internet. En lugar de proteger a los menores, KOSA podría transformar la red en un espacio más peligroso para quienes buscan aprendizaje, conexión y un lugar para expresar sus opiniones libremente. La oposición a este proyecto de ley se está consolidando, y muchos piden que se actúe con rapidez para detener su avance.
Fuente: EFF.org