Más de 80 organizaciones de la sociedad civil, empresas y expertos en ciberseguridad han firmado una carta dirigida a la Comisión Europea, instando a un cambio en la reciente «Hoja de ruta tecnológica sobre la encriptación», parte de la estrategia ProtectEU. Esta hoja de ruta plantea nuevos métodos para que las fuerzas del orden accedan a datos cifrados, un enfoque que, según los firmantes, es peligrosamente erróneo.
Abundando en el tema, se enfatiza que no existe un acceso «legal» y técnico a mensajes cifrados de extremo a extremo que mantenga la seguridad y privacidad. Cualquier intento de eludir la encriptación, como el escaneo del lado del cliente, introduce nuevas vulnerabilidades que pueden amenazar a las personas a las que los gobiernos dicen proteger.
El consenso manifestado en la carta es significativo no solo por su contenido, sino también por la diversidad de sus firmantes. La amplia coalición deja claro que la sociedad civil y la comunidad técnica global rechazan mayoritariamente la idea de que debilitar la encriptación pueda coexistir con el respeto a los derechos fundamentales.
La encriptación fuerte es un pilar de la ciberseguridad, protegiendo a todos, desde activistas y periodistas hasta usuarios comunes y la infraestructura crítica. Debilitarla no solo perjudica la privacidad, sino que también hace que los datos sean más vulnerables y debilita la capacidad de la UE para hacer frente a amenazas cibernéticas.
Por ello, los funcionarios europeos deberían abandonar cualquier hoja de ruta que se concentre en la elusión de la encriptación y, en su lugar, invertir en un uso más fuerte y generalizado de la encriptación de extremo a extremo. La seguridad y los derechos humanos no son antagónicos; dependen el uno del otro.
Fuente: EFF.org