La Fórmula 1 ha anunciado oficialmente la renovación del Gran Premio de Mónaco hasta 2035, garantizando al menos diez temporadas más en las calles del Principado. Con ello, la F1 y el Automobile Club de Monaco blindan la continuidad de una carrera que, más allá de lo deportivo, representa el escaparate más mediático y exclusivo del automovilismo mundial.
Un vínculo inseparable desde 1950
El Gran Premio de Mónaco está en el calendario desde la primera temporada de la F1 en 1950 y es el único trazado urbano que se ha mantenido ininterrumpidamente como referencia del campeonato. Con sus 3,3 kilómetros entre muros, túneles y curvas imposibles, Montecarlo ha sido siempre sinónimo de precisión, riesgo y espectáculo.
Las cifras refuerzan su estatus:
- 75 ediciones del GP de Mónaco han formado parte del Mundial.
- Ayrton Senna sigue siendo el piloto más laureado con seis victorias.
- Graham Hill, apodado “Mr. Monaco”, conquistó cinco triunfos en los años 60.
- En la era híbrida, Lewis Hamilton, Max Verstappen y Fernando Alonso también han dejado huella en el Principado.
El circuito no solo ha sido escenario de duelos legendarios, sino también de momentos icónicos que trascienden el deporte, desde el glamour de Grace Kelly entregando trofeos en los años 60 hasta la espectacular victoria de Charles Leclerc en 2024, primer monegasco en triunfar en casa.
El glamour, pieza clave del negocio
El GP de Mónaco no se entiende sin su factor extradeportivo. Es el único lugar donde los yates en Port Hercule forman parte del paisaje televisivo y donde las gradas se mezclan con terrazas privadas, balcones y lujosos cruceros como el MSC Explora II, que en 2025 atracó junto al paddock ofreciendo experiencias exclusivas a los invitados.
La carrera también es vital para los patrocinadores y socios de la F1: la presencia de marcas de lujo, relojes, automoción premium y turismo de alto nivel es incomparable con cualquier otra cita del calendario. El Paddock Club de Mónaco sigue siendo el más codiciado del año, un espacio donde se cierran negocios millonarios al mismo tiempo que se disputa la acción en pista.
Mónaco y su peso político en la F1
En los últimos años, el GP de Mónaco había llegado a estar en duda. El formato de retransmisión propio del Automobile Club de Monaco fue criticado por su falta de modernización, y algunos equipos presionaron por introducir más “show” en una carrera en la que adelantar es casi imposible. Sin embargo, el peso histórico y político de Mónaco siempre ha inclinado la balanza.
La extensión hasta 2035 demuestra que, pese a la globalización del calendario con citas en Arabia Saudí, Las Vegas, Miami o China, la F1 no puede permitirse perder uno de sus símbolos. Como reconoció Stefano Domenicali, CEO de la Fórmula 1:
“Las calles de Mónaco han sido la esencia de la F1 desde sus inicios. Es una carrera que todos los pilotos quieren ganar y que todos los aficionados quieren ver. Mantenerla en el calendario es preservar la historia y la identidad del deporte”.
La importancia deportiva de un triunfo en Montecarlo
Ganar en Mónaco se considera casi tan prestigioso como lograr un Mundial. El circuito no permite errores: cualquier mínima desconcentración termina en el muro. Por eso, campeones como Senna, Prost, Schumacher o Verstappen han construido parte de su leyenda allí.
Incluso para pilotos que nunca alcanzaron el título, como Riccardo Patrese o Olivier Panis, Mónaco significó el momento más brillante de sus carreras. En la actualidad, Fernando Alonso aún recuerda con orgullo sus victorias consecutivas en 2006 y 2007, mientras que Lando Norris en 2025 celebró su primer triunfo en la F1 en el Principado, consolidando así su estatus de aspirante al título.
¿Qué hace único al GP de Mónaco?
- Trazado urbano histórico: apenas ha cambiado desde 1929.
- Velocidad media más baja del calendario, pero con el desafío técnico más alto.
- Relevancia estratégica: la clasificación del sábado es casi tan importante como la carrera.
- Impacto mediático: la audiencia global del GP de Mónaco supera los 110 millones de espectadores.
- Escenario de lujo: único circuito donde la grada más cara no está en tierra firme, sino en los yates del puerto.
Un futuro asegurado
La renovación hasta 2035 no solo responde a la tradición, sino también a un acuerdo estratégico que combina historia, turismo, imagen de marca y negocio. En un calendario cada vez más globalizado y con nuevas potencias económicas presionando por entrar, Mónaco sigue siendo intocable.
Para los pilotos, el reto es claro: ganar en Montecarlo sigue siendo sinónimo de grandeza. Para los aficionados, la garantía es que al menos durante una década más, el rugido de los monoplazas seguirá retumbando por el túnel y la Sainte Dévote, en un espectáculo que es tanto deporte como patrimonio cultural.
vía: Noticias del motor