La forja de un ladrón, Francisco Umbral.

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 Entré en la Librería Beta sita en la Plaza de la Gavidia, en el corazón de Sevilla. Pululé un rato como suelo hacer esperando que la tapa seductora de una buena novela me tirase los tejos. Aquel día estaba receptivo, digamos que andaba cachondo, así que no me hice de rogar. A las primeras de cambio topé con un título que me sonó a propuesta indecente: “La forja de un ladrón” de Francisco Umbral. Mi inconsciente (no digo subconsciente, a pesar de que me suena mucho mejor, porque una amiga mía psicóloga dice que bajo el consciente no hay nada y no es un término correcto, ¡va por ella!) no pudo evitar con celeridad skiniana rememorar el clásico televisivo ¡yo he venido a hablar de mi libro! Y esbocé una sonrisilla pícara. Lo abrí para olerlo, claro, y sentí el azote de las feromonas. Así que… ¿en tu casa o en la mía? Y fue en la mía por 13´95.Lo que hallé fue una obra maestra. Una demostración genial del dominio del tiempo, de su empuje, de su pausa, de su imperturbable transcurso. Un despliegue excitante de vocabulario exquisito y un desarrollo continuo de personajes fabulosos.Y en este marco único la narración de un hombre que se ve empujado al hurto y que acaba haciendo de él un arte. Mientras nos azota la reflexión de que el ser humano puede tener valores negativos con la misma inercia que carecer de ellos y que las circunstancias (como decía Ortega) hacen al hombre. El protagonista se presenta como un pícaro al uso de la tradición literaria española, “…un Francesillo de Zúñiga pasado por el cine, un Guzmán de Alfarache con menos letras…” dice su autor. Y todo ello en la España de la posguerra, perfectamente retratada.Lo acabé de leer y tuve la sensación de que no le falta ni le sobra ni una sola página, ni una coma, ni una exclamación.Hasta este momento solo había leído del gran Umbral algunos artículos en el periódico El Mundo pero con esta novela (Una joya de nuestra literatura que fue honorada con el Premio Fernando Lara 1997) lo he descubierto y por eso la recomiendo.