Las denuncias por violencia de género han alcanzado un récord histórico en 2023, con un crecimiento del 9,5% respecto al año anterior, sumando un total de 199.282 casos en España. Este aumento es visible en todas las comunidades autónomas, con Extremadura, Navarra, Aragón y Canarias liderando los incrementos. Este fenómeno se considera un signo esperanzador de un entorno más seguro para que las mujeres busquen justicia, gracias a una mayor sensibilización y el fortalecimiento de los mecanismos institucionales de protección.
En este contexto, el Observatorio de la Vulnerabilidad y el Empleo de la Fundación Adecco, junto con 32 empresas, ha presentado el 12º informe «Violencia de género y empleo», que subraya el papel crucial del empleo para la normalización de la vida de las mujeres afectadas. Este año, el informe se ha basado en una encuesta a 350 mujeres que, actualmente desempleadas, están superando procesos de violencia de género.
El desempleo emerge como uno de los principales impedimentos para que las mujeres denuncien, afectando al 80,5% de las encuestadas, que señalan la falta de un trabajo como un gran obstáculo para denunciar su situación de violencia. El miedo a las represalias, la dependencia emocional y el temor a perder la custodia de los hijos son otros factores que impiden a las víctimas dar el paso hacia la denuncia.
Además, el empleo ofrece a las mujeres una oportunidad para recuperar su autonomía, ya que un 95,9% de las participantes busca empleo para obtener independencia económica y un 84,2% lo hace para fortalecer su autoestima y salud mental. A pesar de las barreras, la contratación de mujeres víctimas en las empresas sigue siendo un desafío, marcado en parte por prejuicios y estereotipos, lo que lleva a un 72,7% de las mujeres a ocultar su situación en entrevistas laborales.
La Fundación Adecco destaca la necesidad urgente de acompañar a las mujeres en su proceso de incorporación laboral, proporcionándoles el apoyo emocional y las herramientas necesarias para integrarse en el mercado laboral de manera efectiva. Además, aboga por la eliminación de estereotipos, resaltando que la violencia de género es producto del comportamiento de la persona agresora, no de la personalidad de la víctima.
No obstante, el camino hacia la empleabilidad enfrenta múltiples obstáculos: más de la mitad de las encuestadas lleva más de un año sin empleo, lo que las pone en riesgo de pobreza y exclusión social. Aproximadamente el 64,2% se plantea aceptar trabajos irregulares debido a la precariedad económica.
La encuesta revela la tremenda carga que el desempleo prolongado impone sobre estas mujeres, destacando la urgencia de implementar políticas y estrategias más inclusivas que aborden sus necesidades específicas y les permitan desarrollar una vida plena y autónoma, libres de violencia y dependencia.