En un revelador análisis sobre el cuidado del cabello, Laboratorios Boiron señala que, además de factores como la genética y el estrés, la «nutrición invisible» cobra una importancia crucial, especialmente para las mujeres durante la menopausia. Este término se refiere a microdesajustes nutricionales que, aunque no desencadenan enfermedades severas, inciden significativamente en el crecimiento y la fortaleza del cabello.
A medida que las mujeres envejecen, muchos experimentan una pérdida de volumen, brillo y vitalidad en el cabello. Según la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), más del 40% de las mujeres mayores de 50 años sufren algún grado de alopecia, y entre el 15% y 30% de ellas tienen algún desequilibrio nutricional leve. Estos desequilibrios se atribuyen a la absorción menos eficiente de nutrientes esenciales como hierro, zinc y vitamina D, componentes vitales para la salud del folículo capilar.
Sylvaine Balmy, farmacéutica en Laboratorios Boiron, enfatiza la importancia de tratar el cabello desde el interior. «El cabello es un reflejo de cómo envejecemos internamente», comenta Balmy. El enfoque propuesto es la combinación de una dieta equilibrada y el uso de suplementos específicos cuando la alimentación por sí sola no cubre todas las necesidades nutricionales. En este sentido, la dieta mediterránea surge como un aliado formidable. Rica en frutas, verduras, legumbres, frutos secos, aceite de oliva y pescado azul, proporciona de manera natural los nutrientes necesarios para un cabello fuerte y saludable.
Además, pequeños cambios en el estilo de vida pueden hacer grandes diferencias para la salud capilar. Los expertos recomiendan no saltarse comidas, priorizar proteínas de calidad, exponerse moderadamente al sol para sintetizar vitamina D, y consumir regularmente frutos secos y pescado azul. En casos donde la dieta equilibrada no es suficiente, los suplementos como Bioscalin TricoAGE 50+ de Boiron pueden ofrecer un apoyo adicional, proporcionando nutrientes clave para mantener la belleza y fortaleza del cabello.
Balmy concluye: «No se trata de comer más, sino de nutrirse mejor». A partir de los 50 años, una alimentación más rica en nutrientes es crucial para conservar la salud capilar y garantizar su vitalidad. Estos ajustes en la dieta y los hábitos pueden tener un impacto significativo en el mantenimiento de un cabello sano y fuerte, incluso durante los cambios hormonales propios de la menopausia.





