Septiembre es conocido como el mes de vuelta a la rutina, algo que no solo afecta al trabajo o al colegio, sino también a otros campos como el teatro. De esta forma, el teatro Lara volverá a acoger la divertida comedia Madres, tras su gran éxito de la primera temporada. Para esta ocasión, el público podrá disfrutar de ella dos veces en semana, jueves y viernes, hasta el próximo mes de mayo de 2024.
Un comedia divertida y amena
Madres ha conectado con el espectador por ser una comedia valiente, ácida, irreverente y muy realista que habla sin tapujos de todo lo que conlleva tener hijos y que obliga a reflexionar sobre el papel actual de la maternidad en la sociedad. También reivindica la necesidad de conciliación, que sigue siendo un tema pendiente de mejora en nuestro país. Precisamente y coincidiendo con la vuelta al cole Elena Díaz, directora y productora de la obra, explica que: “Septiembre es un mes en el que la mayoría de las madres tienen que hacer malabares para llegar a todo y compaginar su vida profesional y personal. Precisamente en Madres tocamos este tema y hacemos una denuncia social poniendo el foco en las dificultades que tenemos muchas de nosotras para conseguir esta ansiada y soñada conciliación.”
La obra, en clave de humor a la desesperada, trata sobre cinco mujeres que se quedan encerradas en la sala de espera de un colegio. El aislamiento desbordará en una terapia de límites insospechados, sacando a relucir las luces y las sombras de la maternidad. Según palabras de la directora, Elena Díaz: “Madres es una apertura en canal, un grito abierto, una diana al centro de la ecuación.”
La representación cuenta con un elenco excepcional formado por cinco actrices: la protagonista y directora Elena Díaz, que tiene otros títulos como Me lo dijeron mil veces – y que actualmente va por su cuarta programación en el Teatro Lara-, y las actrices Marta Eguía, Mechi Oliverio, Mónica González y Athenea Mata, conocida por su papel en la taquillera Campeones.
Un relato que da voz a cinco mujeres muy diferentes que viven la maternidad desde diferentes ángulos, todas ellas muy conectadas a sus múltiples preocupaciones y formas de entender la vida: la madre ejecutiva directiva (Elena Díaz), la madre preocupada por la educación consciente y más alternativa (Athenea Mata), la madre embarazada primeriza (Marta Eguía), la madre que trabaja como periodista freelance independiente y con una visión crítica (Mechi Olivero), y la madre tradicional ama de casa (Mónica González). Juntas, abordarán puntos de vista muy diferentes acerca de la maternidad, los métodos de crianza, los diferentes modelos familiares, el llamado ‘instinto maternal’, el feminismo y el machismo, la sexualidad, la diversidad, el aborto, la presión social y laboral. La agilidad del ritmo y las situaciones surrealistas y cómicas son el cauce abierto para destripar las entrañas de sus vidas hasta trascenderlas.
De esta forma, Madres quiere ser una denuncia social y a la vez un ejercicio profundamente reflexivo sobre todas las cuestiones y miedos a las que una mujer tiene que enfrentarse cuando decide ser madre y también cuando decide no serlo. “Escribí este texto cuando mi hijo tenía dos años y estaba a punto de comenzar Infantil. Lo hice como la cuadratura del círculo de la ecuación formada por mi amor absoluto hacia él y pagar un piso en Madrid de dos habitaciones. Como parte de la lucha desesperada por seguir manteniendo la llama de la mujer que un día fue. Esa que de vez en cuando necesita dormir, comer e incluso hacer algo de deporte. A veces hasta quedar con sus amigas o escribir obras de teatro y novelas desesperadamente cada noche para recordarse viva y levantarse cada mañana con una sonrisa clavada y ojeras por los pies”, explica Díaz.
“La escribí rodeada de todas las voces de todas las mujeres que me crucé por el camino tan solas y unidas todas, sin saberlo. Compartiendo un mismo encierro. Hay miles de libros sobre la maternidad, esta obra no pretende ser un consejo. O sí. El de darse la mano las unas a las otras, porque no estamos solas, somos muchas y además el mundo nos necesita. ¿Quién mantiene este sistema en silencio, invisible y dejándose la piel?”, relata Elena.