La cooperativa de telefonía e internet sin ánimo de lucro, Somos Conexión, ha lanzado una nueva guía destinada a las familias, enfocada en el uso de dispositivos tecnológicos por parte de los adolescentes. El manual, titulado «Reto sin móvil para familias», está diseñado para aquellas familias cuyos hijos ya poseen un teléfono móvil y que desean reevaluar su relación con las pantallas. La propuesta es clara y desafiante: que toda la familia se abstenga de usar móviles y pantallas durante unos días, fomentando un ambiente de desconexión y reflexión conjunta.
Este documento se inspira en el «No Phone Challenge», un reto promovido por el profesor y divulgador en educación y salud digital, Telmo Lazkano. La guía, que también está disponible en formato digital, ha sido distribuida a aproximadamente 10.000 centros educativos de secundaria. Mercè Botella, fundadora de Somos Conexión, ha señalado que esta nueva guía llegó como respuesta a la demanda de muchas familias que, tras haber proporcionado móviles a sus hijos, sentían que se habían perdido la oportunidad de una introducción gradual a su uso. «La idea es que puedan dar pasos atrás», comentó Botella.
Además de la guía, la organización ofrece talleres dirigidos a las familias, con el objetivo de ayudarlas a prepararse para el reto. Estos talleres se llevan a cabo en colaboración con Cafè i Social Media, un programa centrado en la prevención del uso indebido de las pantallas en la infancia y adolescencia, desarrollado por la cooperativa CIPAIS. Hasta el momento, han participado en estos talleres un centenar de familias.
La guía y los talleres son parte del proyecto «Crecer en un mundo de pantallas», el cual se centra en mitigar el impacto negativo de las pantallas en los jóvenes. Esta es la tercera guía del proyecto, después de «Guía para familias crueles y malvadas», que aborda la entrega del primer móvil a los hijos, y «Despantállame», que se centra en la exposición a la tecnología para niños de 0 a 3 años.
La cuestión de la dependencia adolescente a las pantallas ha generado preocupación en el ámbito de la salud pública, dado que el tiempo que dedican al entretenimiento digital ha aumentado considerablemente en los últimos años. Según un informe de UNICEF, el uso de dispositivos móviles e Internet es prácticamente universal entre los adolescentes españoles desde edades muy tempranas. Se ha evidenciado que el 98% de ellos tiene acceso a Wi-Fi en casa y el 94,8% cuenta con un móvil conectado a Internet. Casi la mitad pasa más de cinco horas al día en línea durante los fines de semana y un tercio lo hace entre semana. Además, siete de cada diez adolescentes duerme con el móvil en su habitación, mientras que uno de cada cinco se conecta a partir de la medianoche todos los días.
Un estudio de la Fundación ANAR resalta que, de junio de 2023 a junio de 2024, la tecnología estuvo implicada en el 77% de los casos de violencia de género entre menores y en el 62% de los intentos de suicidio. Asimismo, se observa que más del 60% de estos menores presenta un bajo rendimiento académico y un 55% no recibió atención psicológica, lo que pone de relieve los nuevos riesgos asociados, como el ciberacoso y la adicción digital.
Botella enfatiza la necesidad de reflexionar sobre la integración de la tecnología en la vida cotidiana de los jóvenes, sugiriendo que «no se trata solo de controlar, sino de acompañar y enseñar con el ejemplo». La experta subraya la importancia del rol familiar, indicando que «los adolescentes no solo necesitan normas, sino referentes». La mejor forma de inculcar un uso saludable del móvil, según Botella, es vivir esa experiencia junto a ellos, fomentando el diálogo y dando ejemplo. Por ello, proponen este reto como un acuerdo entre iguales, en un intento de fortalecer la comunicación y el vínculo entre padres e hijos en la era digital.