A la altura de la ría del río Nervión, en la marchosa ciudad de Bilbo, nos encontramos un edificio original, moderno y llamativo. Es el museo de arte contemporáneo Guggenheim, que llama la atención lo primero por su aspecto.
Su arquitecto, Frank O. Gehry, se propuso erigir un edificio altísimo, con forma y aspecto singular y contemporáneo, sin hacer que su contexto se desmerezca; es decir, este edificio de 50 metros de alto y 24.000 m2 de superficie, dialoga con el entorno, no lo eclipsa. Se sitúa a la altura de la ría, es decir, a 16 metros por debajo del nivel de las calles de la ciudad.
Para acceder, una gran escalinata que viene desde la calle Iparraguirre aumentándo así el centro histórico de la ciudad hasta la misma purta del museo.
Su estrutura es tan enrevesada que el diseño ha sido primero ejecutado por ordenador. Se trata de un edificio-escultura, ya que sus volúmenes se entrelazan formando una masa homogénea de formas octogonales y curvas. Los materiales principales son el titanio, la piedra y el cristal. Los muros de cristal están tratados de tal forma, que la luz entra de lleno y preserva a su vez las obras del interior; además, el titanio, utilizado para los paneles metálicos dispuestos a modo de «escamas», es un material perfecto para la óptima preservación del arte.
El atrio está coronado por un precioso lucenario que aporta una cálida y suave luminosidad. Desde este edificio, la terraza que da al jardín y a la ría y de allí una escalinata que lleva a la torre que integra el Puente de la Salve n el conjunto arquitectónico.
Alrededor de ese espacio, el atrio, se organiza todo el museo; todo el espacio expositivo. Los accesos son mediante pasarelas con formas curvas y ascensores de cristal evocando peces vivos.
Tiene 19 galerías: diez clásicas con paredes de piedra y de forma octogonal y el resto recubiertas de titanio y de formas singulares e inusuales. Es un espacio expositivo amplísimo y ademáds, cada objeto expuesto tiene un diálogo con su entorno y ubicación.
El Guggenheim es un centro mayormente de exposiciones temporales pero tiene aparte obras permanentes que lo hacen único y cqaracterístico. Así, tenemos al minimalista Richard Serra con su «Materia de tiempo» en la sala más grande del edificio, la espectacular araña llamada «Mamá» de Louise Bourgeois o el perro gigante de hierba de Jeff Koons llamado «Puppy».
Como en todos los centros importantes de arte contemporáneo, es muy importante la función pedagógica del museo. Es algo muy presente en el Guggemheim la relación entre éste y los distintos sectores de la sociedad; de ahí, la organización constante de actividades, conferencias, visitas guiadas gratuitas a determinados sectores sociales, becas importantes de investigación y desarrollo… Es decir, es un centro completo con muchas posibilidades en su interior.
El horario de apertura es de Martes a Domingo de 10:00 a 20:00 siendo el de 11:00 a 13:00 el tramo horario con más afluencia. El precio oscila entre los 10 y los 13 euros dependiendo de la edad y la situación habiendo entradas gratuitas para determinados grupos.