El 26 de septiembre de 2024, el huracán Helene impactó severamente la costa del Golfo de Florida, generando marejadas ciclónicas e impactos generalizados en múltiples comunidades en su camino. La NASA, a través de su Experimento de Ondas Atmosféricas (AWE, por sus siglas en inglés), pudo registrar masivas oleadas en la atmósfera a unos 88 kilómetros sobre el suelo, provocadas por el fenómeno meteorológico. Esta información es vital para entender cómo el clima terrestre interactúa con el espacio, lo que a su vez podría interferir con satélites, señales de comunicación y otras tecnologías.
Las ondas de gravedad atmosférica, visibles en las imágenes provistas por el AWE, se presentan como bandas concéntricas artificialmente coloreadas en rojo, amarillo y azul, extendiéndose desde el norte de Florida. Estas ondas son comparables a los anillos que se forman al caer una gota de agua en un estanque, según Ludger Scherliess, investigador principal de AWE en la Universidad Estatal de Utah. Scherliess describe cómo las ondulaciones circulares de Helene se desplazan hacia el oeste desde la costa noroeste de Florida.
Las imágenes de estas ondas son algunas de las primeras publicadas por el AWE, demostrando que el instrumento posee la sensibilidad necesaria para revelar los efectos de fenómenos meteorológicos como el huracán Helene en la atmósfera superior terrestre.
El AWE, lanzado en noviembre de 2023 y montado en el exterior de la Estación Espacial Internacional, tiene como cometido monitorizar la Tierra en busca de ondas de gravedad atmosférica. Estas ondas, manifestadas como patrones ondulantes en el aire, son generadas por disturbios atmosféricos como tormentas violentas, tornados, tsunamis, ráfagas de viento sobre cadenas montañosas y huracanes. El instrumento lo logra detectando fluctuaciones de brillo en las coloridas bandas de luz conocidas como luminiscencia atmosférica en la mesosfera terrestre.
A través del estudio de AWE sobre estas ondas de gravedad creadas por el clima terrestre, la NASA busca determinar cómo estas afectan el clima espacial. Este entendimiento es crucial para predecir y mitigar posibles interrupciones en sistemas tecnológicos críticos que dependen de la estabilidad de las condiciones en el espacio cercano a la Tierra.
Fuente: Agencia Sinc