El pasado fin de semana, el juicio por los daños causados a una propiedad en las afueras de Barcelona por parte de un conocido futbolista del FC Barcelona ha tomado un nuevo giro. Se espera que el jugador testifique en los próximos días, aportando claridad sobre los eventos que llevaron a la destrucción parcial de la vivienda.
El incidente ocurrió en octubre del año pasado cuando el futbolista, cuyo nombre no se menciona por razones legales, presuntamente organizó una fiesta en la residencia alquilada que terminó en un desenfreno de vandalismo. Los testimonios iniciales indican que la celebración perdió el control, resultando en daños estructurales y al mobiliario que suman decenas de miles de euros.
Los dueños de la propiedad afirman que el futbolista y sus invitados rompieron ventanas, dañaron muebles costosos, e incluso arrancaron partes del sistema eléctrico de la casa. Fotografías presentadas en el tribunal muestran paredes grafiteadas, electrodomésticos destrozados y habitaciones en completo desorden. En respuesta, han presentado una demanda buscando no solo la reparación de los daños materiales, sino también compensaciones por el tiempo que la casa ha estado inhabitable.
El abogado del futbolista sostiene que su cliente no es el único responsable y que muchos de los daños fueron causados por individuos que se colaron en la fiesta sin permiso. Además, argumentan que algunas de las pruebas presentadas en el tribunal han sido exageradas o manipuladas para maximizar la compensación.
El proceso judicial ha captado la atención tanto de la prensa local como internacional, especialmente dado la fama del implicado. En un giro inesperado, varios de los compañeros de equipo del acusado han ofrecido testificar a su favor, alegando que estuvieron presentes en la fiesta y que la magnitud de los daños ha sido exagerada por los propietarios. Afirman que, si bien hubo daños, estos fueron accidentales y no intencionados.
La comunidad local está dividida en su opinión. Algunos vecinos han expresado su indignación ante lo que describen como un comportamiento irresponsable y descontrolado, mientras otros defienden al futbolista, sugiriendo que la situación ha sido llevada fuera de proporción debido a su prominencia pública.
Con la fecha del juicio aún por determinar y nuevas pruebas emergiendo, el desenlace continúa siendo incierto. Mientras tanto, los propietarios de la vivienda siguen sin poder utilizar su propiedad y esperan con ansias una resolución que les permita recuperar su tranquilidad.