Desde que salió a la venta el nuevo Ford Mondeo, este verano, el más visto es el cinco puertas y con acabados realmente altos (Titanium X, Titanium, Ghia X, Ghia, etc.). Pues bien, después de casi 10.000 kilómetros, os presentaré en sociedad al Ford Mondeo que duerme en mi garaje .
El primer día que lo vi, en el concesionario, me pareció enorme. Que un BMW haga casi metros es «pasable», pero ¡el Mondeo sedán hace 4,84m (igual que un Serie 5).
El exterior se ve claramente influido por el acabado Trend. Éste incluye tapacubos de 7 radios, que cuentan con un curioso diseño que de lejos (y de cerca) parecen llantas. El ribete de las ventanillas laterales es negro, aunque desde mi punto de vista es mejor: a un coche gris oscuro no le queda bien el cromado, mejor que sea negro.
Lo que menos ha gustado al público es quizás la parte trasera. ¿Los faros? ¿El «abombamiento» del maletero en los laterales? Es, posiblemente, la parte menos lograda de todo el coche. Aunque dejémonos de penas, y pasemos a la parte más alegre del exterior.
Aunque sea el acabado Trend, sólo se diferencia de los otros por la parrilla trapezoidal inferior, que en acabados superiores es cromada. El acabado Ambiente (el más básico) no incorpora antinieblas de serie.
Los retrovisores son gigantes y están situados muy arriba, así que de esta manera el conductor «controla» más su alrededor.
En el interior, lo que más llama la atención es el gigante volante. Es de cuatro radios, y no tiene mandos en la parte posterior, como sí sucede en acabados más altos. Es muy ergonómico, y el tacto es muy bueno.
Como supongo que os habréis fijado, la consola central no dispone de navegador, aunque de este modo los botones están más repartidos y son más fáciles de manejar. La rueda del centro sirve para subir o bajar el volumen, y los 6 botones que tiene a cada lado son para seleccionar la emisora o para marcar un número de teléfono con el V2C.
El climatizador bizona tiene un tope de diferencia entre la zona conductor y copiloto: cuando entre la zona acompañante, por ejemplo, tiene una temperatura 4ºC más alta (o más baja) que la del conductor, ésta subirá (o bajará). El cuadro de instrumentos, que tiene muy buena visibilidad tanto de día como de noche, es muy sencillo y fácil de entender. La información de la pantalla también es muy clara y sencilla.
La zona roja del cuentarrevoluciones empieza a las 4.500, y el velocímetro tiene su final a los 260 km/h.
El maletero es enorme, y aunque sea sedán y su boca de carga sea pequeña, es fácil de cargar. Tiene bastantes huecos donde se pueden dejar cosas pequeñas. El espacio interior es gigante. Las plazas traseras, incluso con los asientos delanteros lo más atrás posible, disponen de mucho espacio para las piernas. Las plazas delanteras también son muy cómodas.
El único elemento «incómodo» de las plazas delanteras son los mandos de las ventanillas. El tirador interior lo cubre y resulta dificultoso manejarlo.
Pasemos al motor. Cuando me dijeron que sería un 1.8 y no un 1.9, como era el que teníamos antes (Renault Megane GrandTour 1.9 dCi 120 CV), me asusté. Pensé que con un coche que pesa tanto como el Mondeo el coche no tiraría, pero con lo de los 125 CV me «tranquilicé». Pero la hora de la verdad llegó cuando salimos del concesionario y nos pusimos en la autopista.
En 5ª y a 120 el coche tiembla. Pero bajamos a 4ª, el conductor le dio un golpecito al acelerador y mi cuerpo se agarró al asiento. La potencia, teniendo en cuenta la cilindrada y el peso de este coche, se notaba bastante. En un momento se puso a 160 km/h, aunque por la seguridad nuestra y del carné, deceleramos hasta llegar a los 130.
Cada vez que vamos por autopista, el coche va bastante ligero. Lo único que molesta es el ruido: se siente el viento en el parabrisas. Debe ser un problema de encaje de éste, pues fue uno de los primeros que salió de la fábrica de Bélgica. A parte de eso, el coche dispone de un gran confort.
Me olvidaba de hablar del sistema V2C. En la palanca izquierda (detrás del volante) hay un botón en el que pone «Voice«. Si lo pulsas, debes decir «ayuda» para activar el sistema. «Ayuda. Entre la lista de opciones hay: Teléfono. Radio. Climatizador…», etc. Repites la palabra, y pronuncias de nuevo «ayuda». A veces no capta bien la voz, aunque la mayoría de veces «sigue tus órdenes» al pie de la letra.
Espero que os haya gustado este pequeño reportaje del Ford Mondeo. Un muy buen coche, aunque con defectos, como todos. Un sedán precioso. Una mini-limusina al alcance de todos.