Hoy hablaremos de un edificio que empezó a construirse a finales del siglo XIX, concretamente en 1882, en un estilo también modernista, pero que perdura hasta nuestros días todavía inacabado. Un emblema sin duda de la ciudad, todavía en construcción en Barcelona. Es la gran e impactante obra que Antonio Gaudí nos dejó inacaba en la ciudad de Barcelona: la Sagrada Familia. Hoy en día, es un edificio del pasado, del presente y del futuro, ya que está prevista su finalización en 2026. El último tramo está, según predicen los arquitectos, casi a la vuelta de la esquina, rematándola con una cruz de170 metrosde altura que coronará el cimborrio central.
Es interesante ahora, remontarnos un poco hasta su inicio para observar los rasgos propios de esta característica catedral y la singularidad de su historia. Esta maravillosa obra fue realizada sin apoyo financiero episcopal, empleándose únicamente las donaciones de los feligreses. El impulsor de su construcción fue José María Bocabella, propietario de una librería religiosa. En un primer momento, asignó el proyecto el arquitecto Francisco del Villar, quien se dispuso en1882 aconstruir una catedral neogótica. Debido a una enemistad entre ellos, el proyecto quedó posteriormente en manos de Antonio Gaudí, que a sus 31 años de edad aceptó los encargos de construcción más importantes del cambio de siglo. En primer lugar, completó la cripta que había sido iniciada siguiendo las premisas neogóticas, celebrándose la primera misa en1891. Acontinuación se centró en la fachada este, que diseñó a manera novedosa gracias a un sistema de triángulos superpuestos; la ornamentación de esta fachada la consagró al tema del nacimiento de Jesucristo; el estilo era muy naturalista, formas sacadas de la vegetación: hojas, ramas, flores, palmeras…. Los pórticos estaban dedicados a la Fe, la Caridad y la Esperanza, realizados con un gran efecto plástico. Más tarde, en 1917, concluyó la fachada oeste, en la que planteó un programa reducido de figuras y dispuso todo bajo la imagen de la Pasión de Jesús. Por último, las cuatro torres que se elevan desde la fachada este fueron las últimas partes que se pudieron concluir bajo la dirección de Gaudí. Todos estos elementos estaban pensados para enfatizar el mensaje de la historia de Cristo por la Iglesia, destacando la importancia que Gaudí otorgó a la luz en ese papel: “La forma parabólica de las torres constituye la unión entre gravedad y luz. Arriba del todo de la catedral se debe fijar un faro, como si se tratase de la luz natural que brilla desde el cielo. Este faro debe dotar de vida y esplendor a la catedral los días festivos y, a su vez, debe ser la decoración más bella de la ciudad”.
Nadie sospechaba que el hombre de avanzada edad y traje raído que fue llevado al hospital de pobres el 7 de junio de 1926, fuera en realidad el famoso arquitecto Antonio Gaudí. Un tranvía lo había atropellado cuando volvía de la feria a su taller, situado dentro de la propia catedral. Cuando murió tres días después, fue enterrado en la cripta de dicho edificio, dejándolo así inacabado hasta nuestros días.
Gaudí era conocido más allá de las fronteras españolas como un arquitecto genial. Como representante del modernismo catalán influyó notablemente en la imagen de Barcelona, considerándose sus construcciones soluciones arquitectónicas sorprendentes y novedosas en dirección a la modernidad. Sin duda, Gaudí nos dejó un gran reto: acabar la Sagrada Familia y ser capaces de alcanzar la gran visión que proyectó este genio de la arquitectura.