La reciente decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos en el caso U.S. v. Skrmetti, que respalda las prohibiciones sobre el cuidado afirmativo de género para jóvenes, ha desatado alarmas en la comunidad trans. Este fallo subraya la creciente amenaza que enfrentan las personas trans, con ataques que provienen de legislaturas, grupos anti-trans y la indiferencia de muchos. La situación se complica aún más por un contexto de vigilancia tecnológica sin precedentes.
Los jóvenes trans son objeto de un trato inhumano, víctimas de una cantidad asombrosa de crueldad y agresiones. Gran parte de la legislación anti-trans actual está diseñada para dificultar su vida en todos los ámbitos. Por ejemplo, el software de monitoreo en las escuelas presenta peligros significativos para los estudiantes LGBTQ+, ya que muchas veces se reportan como “inapropiadas” las búsquedas relacionadas con temas LGBTQ+. Esto puede llevar a que los estudiantes enfrenten a administradores escolares o incluso a la policía, creando un entorno hostil y peligroso.
El uso de dispositivos familiares también plantea riesgos, especialmente si son controlados por padres o tutores. En estos casos, se recomienda manejar las búsquedas de manera cautelosa y considerar el uso de computadoras en bibliotecas públicas o dispositivos de amigos de confianza.
En el contexto de las manifestaciones, especialmente durante el mes del orgullo, los organizadores deben considerar estrategias de seguridad digital debido a la creciente violencia y amenazas. Las herramientas de comunicación seguras, como grupos en Signal, son fundamentales para garantizar la seguridad durante estas protestas.
Los corredores de datos representan una amenaza adicional, gestionando información personal que podría ser utilizada en contra de defensores de los derechos trans. Optar por darse de baja en estos servicios puede ser un paso significativo para mitigar estos riesgos, aunque no es una solución definitiva.
El acceso a atención médica para personas trans también se ve amenazado, especialmente tras el reciente fallo de la Corte. Esto subraya la interconexión entre los derechos de atención médica y otros temas, como el acceso al aborto. Es crucial que los pacientes dialoguen con sus proveedores sobre cómo proteger su información médica.
Además, es vital que las personas revisen y fortalezcan la seguridad de sus cuentas en redes sociales, dado el auge del odio anti-trans online. Cada individuo debe sopesar cuidadosamente qué información decide compartir y cómo puede protegerse en espacios digitales.
Finalmente, es esencial que las estrategias de resistencia se comparten y que se construya una comunidad unida. La defensa de la privacidad digital debe ir de la mano con la búsqueda de seguridad y autonomía. Las personas trans siempre han existido y seguirán existiendo, desafiando cualquier intento de marginarlas. La lucha colectiva por la seguridad y la libertad es fundamental en estos tiempos difíciles.
Fuente: EFF.org
