Escaneos Faciales para Estimar Nuestra Edad: Perturbadores y Peligrosos

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The angular outline of three faces as a computer might see them, colored like a rainbow

Un creciente debate sobre la privacidad y la seguridad en línea se ha encendido este año debido a las propuestas de verificación de edad que requieren que los usuarios se sometan a escaneos faciales para acceder a contenido en la red. Estos sistemas, promovidos como una solución para proteger a los menores de contenido inapropiado, han sido criticados por sus implicaciones éticas y su capacidad para vulnerar la privacidad de los usuarios.

Los defensores de estas iniciativas argumentan que la tecnología de «estimación de edad» puede ser una solución efectiva. Esta tecnología utiliza algoritmos para analizar características faciales y estimar la edad del individuo. Sin embargo, diversos estudios apuntan a que estas estimaciones son frecuentemente inexactas y pueden discriminar a ciertos grupos demográficos, como las personas de color y las mujeres, ocasionando injusticias en el acceso a información y recursos en línea.

Además, el uso de escaneos faciales plantea serias preocupaciones sobre la privacidad. Estas tecnologías no solo intentan determinar la edad; también pueden extrapolar otros datos, como la etnicidad y el género, lo que podría llevar a una vigilancia sin precedentes y a la recopilación de información personal sin el consentimiento adecuado. Esto suscita la pregunta de hasta dónde están dispuestos a llegar los gobiernos y las empresas en la vigilancia de sus ciudadanos.

El riesgo no se limita solo a la recolección de datos. En manos equivocadas, esta información puede ser utilizada para tomar decisiones erróneas, como identificar falsamente a una persona como un posible delincuente o amenazar su seguridad. Los antecedentes de uso de tecnologías similares para la vigilancia y el control social, como es el caso en algunos países, aumentan la inquietud sobre su implementación.

El temor a ser objeto de un escaneo facial puede disuadir a muchos usuarios de acceder a sitios web que desean visitar, incluso si tienen el derecho legal de hacerlo. La presión para adoptar estas tecnologías podría resultar en un entorno digital menos inclusivo y más restrictivo, afectando la libre expresión y el acceso a la información.

Ante este panorama, organizaciones como la Electronic Frontier Foundation están pidiendo a los gobiernos que frenen la normalización de estas tecnologías, argumentando que no son efectivas para proteger a los menores y que, en su lugar, crean un ambiente de miedo y vigilancia que afecta a todos los usuarios de internet. La necesidad de proteger la privacidad y los derechos de los individuos en la era digital nunca ha sido tan urgente, y los llamados a la acción para regular el uso de tecnologías de reconocimiento facial se hacen cada vez más resonantes.
Fuente: EFF.org