Los síntomas de COVID-19 pueden aparecer en cualquier momento dentro de los primeros 14 días después de la exposición al virus, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Sin embargo, el período promedio de incubación es de alrededor de 5-6 días desde la exposición hasta la aparición de síntomas, aunque puede variar de 2 a 14 días.
La rapidez con la que una persona puede dar positivo en la prueba de COVID-19 después de la exposición también depende del tipo de prueba realizada. Las pruebas de PCR, que detectan material genético del virus, son más sensibles y pueden dar positivo en los primeros días después de la exposición. Las pruebas de antígenos, que detectan proteínas del virus, pueden tardar un poco más en dar positivo.
Es importante recordar que una persona puede ser contagiosa y transmitir el virus a otros incluso antes de presentar síntomas. Por lo tanto, es crucial seguir las pautas de prevención, como el distanciamiento social, el uso de mascarillas y el lavado frecuente de manos, incluso si no se presentan síntomas.
En resumen, una persona puede dar positivo en la prueba de COVID-19 en cualquier momento dentro de los primeros 14 días después de la exposición al virus, pero el período promedio de incubación es de 5-6 días. La sensibilidad de la prueba y la presencia de síntomas también pueden influir en el momento en que se obtiene un resultado positivo.
