En 2023, el consumo final de energía en el sector industrial de la Unión Europea ascendió a 8.990 petajulios (PJ), lo que representa una disminución del 5,3% en comparación con el año anterior, que registró 9.489 PJ. Esta tendencia a la baja en el consumo energético no es nueva, ya que el sector ha experimentado un descenso continuo, reduciendo su uso energético en casi un 30% desde 1990.
En términos de fuentes de energía, la electricidad y el gas natural dominaron el consumo final en la industria, representando casi dos tercios del total con un 32,6% y un 31,3%, respectivamente. Los productos derivados del petróleo contribuyeron con un 11,4%, seguidos por las energías renovables y los biocombustibles, que alcanzaron un 11,2%. Por su parte, los combustibles fósiles sólidos tuvieron un 6,0% de participación, mientras que el calor derivado abarcaría un 5,3% y los residuos no renovables un 2,1%.
Un análisis más detallado revela que en la subcategoría de la industria del papel, pulpa e impresión, las energías renovables y los biocombustibles se convirtieron en la principal fuente de energía, con un consumo de 302,5 PJ, que equivale al 70,3% del uso energético de este sector. En la fabricación de papel y otros productos de papel, los biocombustibles alcanzaron por primera vez un 33,9% del consumo energético (246,8 PJ), superando a la electricidad (236,9 PJ o 32,6%) y al gas natural (147,3 PJ o 20,3%).
Estos datos subrayan no solo una transformación en las fuentes de energía utilizadas, sino también una creciente tendencia hacia la sostenibilidad en el sector industrial europeo. La transición hacia energías más limpias y renovables está tomando fuerza, especialmente en subsectores clave como el de la fabricación de papel, donde se evidencia un cambio significativo en la matriz energética. A medida que la industria busca reducir su huella de carbono, el uso de biocombustibles y fuentes renovables se convierte en un pilar fundamental para alcanzar las metas de sostenibilidad a largo plazo.
