El inicio de un nuevo año suele venir repleto de propósitos y metas, tanto en el ámbito personal como profesional. Este periodo de renovación y reflexión no solo es fundamental para el desarrollo individual de los empleados, sino que también puede ser un catalizador importante para la transformación y mejora del ambiente laboral, convirtiéndolo en un espacio más dinámico y motivador.
Expertos de Cigna Healthcare destacan la importancia de que las empresas alienten a sus empleados a fijarse propósito claros tanto personales como profesionales de cara al 2025. Según señalan, al promover este tipo de metas entre los trabajadores, las organizaciones no solo fomentan el crecimiento individual, sino que también establecen una base más sólida para un crecimiento colectivo y sostenido.
Los líderes y gerentes desempeñan un papel crucial en este proceso, al guiar a sus equipos en el establecimiento de objetivos como mejorar habilidades, adquirir nuevas competencias o lograr un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal. Este tipo de iniciativas fortalecen la confianza del equipo y contribuyen significativamente a su bienestar general, lo que, a su vez, se traduce en beneficios directos para las empresas, incrementando la productividad y el compromiso de los empleados.
A pesar de los numerosos beneficios que ello implica, persisten retos relevantes en cuanto al apoyo que los empleados perciben en sus entornos laborales. Un estudio de Cigna International Health revela que solo el 39% de los empleados en España siente que su mánager se preocupa por su salud mental y bienestar, y apenas el 45% percibe un respaldo adecuado en sus compromisos familiares y personales. Esto pone de manifiesto la necesidad urgente de que las organizaciones implementen políticas que alineen los intereses personales de sus equipos con los objetivos empresariales.
Amira Bueno, directora de Recursos Humanos de Cigna Healthcare España, enfatiza que alentar propósitos personales y profesionales para el nuevo año no solo es una estrategia válida para iniciar 2025 con energía renovada, sino que también es fundamental para construir una cultura organizacional que valore igualmente el desarrollo personal y profesional. Bueno apunta que se debe centrar en pequeñas mejoras constantes en lugar de metas inalcanzables que puedan generar frustración, permitiendo así una inclusión más efectiva de todos los empleados en el desarrollo y evolución de la compañía. Esta metodología asegura que todos los miembros del equipo se sientan parte de un objetivo común y puedan contribuir al éxito colectivo.
Para lograr esto, los expertos de Cigna Healthcare recomiendan cinco estrategias para que los gerentes puedan fomentar un entorno donde los empleados logren sus metas personales y profesionales en 2025. Estas incluyen la creación de «pactos de bienestar» personalizados, con programas adaptados a las necesidades individuales, y el fomento de medidas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) para valorar diversas perspectivas y asegurar igualdad de oportunidades de crecimiento. También se destaca la importancia de priorizar la innovación y el pensamiento crítico, fomentar una mentalidad de aprendizaje constante mediante programas de microlearning, y promover el desarrollo de la inteligencia emocional para ayudar a los empleados a gestionar eficazmente sus emociones y mejorar la cohesión del equipo.
Estas estrategias buscan no solo mejorar el bienestar de los empleados y maximizar su rendimiento, sino también fortalecer la cultura organizacional al alinear los valores individuales con el desempeño profesional, haciendo que estos propósitos trasciendan de ser simples intenciones pasajeras.
