El Museo del Prado ha inaugurado una nueva exposición que invita a sus visitantes a sumergirse en el fascinante mundo del taller de uno de los artistas más influyentes de la Edad Moderna: Pedro Pablo Rubens. Bajo la curaduría de Alejandro Vergara, jefe de Conservación del Área de Pintura flamenca y escuelas del norte, la muestra explora el funcionamiento y la producción del famoso obrador del pintor barroco.
La exposición ofrece una experiencia inmersiva, presentando no solo obras realizadas íntegramente por Rubens, sino también aquellas pintadas por sus asistentes y otras que son fruto de la colaboración entre el maestro y sus colaboradores. Este conjunto de cuadros no solo permite apreciar las distintas calidades de las obras, sino que también ofrece una perspectiva única sobre el proceso creativo del artista, un aspecto fundamental en los talleres de la época.
Para enriquecer la experiencia del visitante, se ha recreado el ambiente de un taller de pintura en la sala 16 B del museo, completado con una selección de utensilios y materiales propios de la actividad pictórica del siglo XVII. Desde pinceles y paletas hasta caballetes y telas, cada objeto ha sido cuidadosamente elegido para evocar la atmósfera laboral de Rubens. A estos se suman elementos más personales, como una capa y un sombrero confeccionados por la sombrerera Ana Lamata, que se inspiran en los retratos del propio Rubens.
Un elemento destacado de la exposición es un video educativo que acompaña al recorrido. En él, el pintor contemporáneo Jacobo Alcalde Gibert recrea el proceso de creación de una de las obras emblemáticas de Rubens, «Mercurio y Argos», utilizando técnicas y materiales históricos. Este audiovisual ofrece a los asistentes una valiosa oportunidad para comprender cómo Rubens gestionaba su taller, delegando partes del proceso pictórico a sus ayudantes mientras mantenía el control creativo de sus obras.
Coincidiendo con la apertura de la exposición, se ha lanzado el libro “El taller de Rubens”, que profundiza en el sistema de trabajo en los obradores de la época. Este volumen explica cómo las pinturas se desarrollaban en fases, aplicando capas superpuestas que permitían dividir el trabajo entre varios artistas, cada uno aportando su destreza específica al resultado final.
La exposición es un tributo al genio de Rubens y una reflexión sobre el trabajo colaborativo que definió una parte importante de la producción artística durante la Edad Moderna. Con esta muestra, el Museo del Prado no solo explora el arte del maestro flamenco, sino que también rinde homenaje a las manos anónimas que contribuyeron a su legado.