El sorteo del Gordo de Navidad, una de las tradiciones más esperadas en España, ofrece la oportunidad de cambiar vidas con su generoso premio. Este año, un décimo premiado, que representa 400.000 euros brutos, queda reducido a 328.000 euros netos tras el pago de impuestos, según datos de pisos.com. Aunque muchas personas se plantean la posibilidad de adquirir una vivienda tras recibir dicha fortuna, la capacidad real de compra varía drásticamente según la comunidad autónoma en la que se resida.
Según el análisis, en 15 de las 17 comunidades autónomas es posible adquirir una vivienda tipo de 90 metros cuadrados después de recibir el premio. Las dos excepciones son Baleares y Madrid, donde los precios de los inmuebles superan lo que permite el premio. A nivel nacional, el precio medio de una vivienda de estas características se sitúa en 239.627 euros, lo que dejaría a los ganadores con un remanente de 88.373 euros tras la compra. Sin embargo, esta cifra no es suficiente en las comunidades más caras del país.
Ferran Font, portavoz y director de Estudios de pisos.com, destaca que hay diferencias abismales en el mercado inmobiliario español. Por ejemplo, en Extremadura, una vivienda tipo puede adquirirse por tan solo 83.557 euros, permitiendo al ganador conservar una parte significativa del premio. En cambio, en Baleares, el coste medio asciende a 506.313 euros, lo que deja una falta de 178.313 euros tras la compra, mientras que en Madrid se necesitan 118.858 euros adicionales para poder adquirir un inmueble de características similares.
El análisis revela que en cuatro provincias el premio resulta insuficiente para la compra de una vivienda: Baleares, Madrid, Guipúzcoa y Málaga. A pesar de esto, dentro de las 46 provincias restantes, el Gordo puede garantizar la compra de una vivienda y, en algunos casos, dejar un sustancial remanente. Por ejemplo, en Ciudad Real, se pueden adquirir casas por 70.131 euros, y el ganador aún tendría más de 235.000 euros después de la compra.
A nivel de capitales de provincia, la situación se torna más compleja. En ciudades como Donostia-San Sebastián y Madrid, el premio apenas cubre la mitad del precio medio de una vivienda, mientras que en otras urbes como Jaén o Zamora, quienes ganan el Gordo no solo pueden comprar una vivienda sino también conservar una suma importante para otros usos.
Este estudio pone en evidencia las desigualdades en el acceso a la vivienda en España, donde las zonas rurales y del interior presentan oportunidades valiosas para los compradores, en contraste con las ciudades grandes y costeras, donde los precios continúan en un ascenso constante. La conclusión de Font es clara: el mercado inmobiliario español está marcado por profundas diferencias que afectan directamente las posibilidades de los ciudadanos de acceder a la vivienda adecuada tras un premio tan deseado como el Gordo de Navidad.
