El aumento de la factura de la luz se ha convertido en una preocupación constante para muchos hogares españoles, especialmente en un contexto donde los precios de la energía han experimentado fluctuaciones significativas. Diversos estudios y análisis han identificado que uno de los electrodomésticos que más encarece el recibo eléctrico es el frigorífico, un aparato cuya imprescindible función lo convierte en un elemento casi insustituible en cualquier cocina.
El frigorífico, que opera las 24 horas del día, es esencial para la conservación de alimentos, pero su consumo energético puede resultar sorprendentemente elevado. Según datos recientes del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), se estima que el frigorífico puede representar entre el 20% y el 40% de la factura eléctrica total en un hogar medio, dependiendo de su antigüedad y eficiencia energética.
La eficiencia de los electrodomésticos ha mejorado notablemente en los últimos años. Modelos de clase A++ o A+++ son especialmente diseñados para consumir menos energía. Sin embargo, muchos hogares aún utilizan frigoríficos más antiguos y menos eficientes, lo que conlleva un aumento considerable en el gasto mensual. Se estima que un frigorífico de más de diez años consume aproximadamente un 40% más que uno de última generación.
Además, la ubicación del frigorífico juega un papel crucial en su consumo. Colocarlo cerca de fuentes de calor, como fogones o radiadores, o mantener la puerta abierta durante largos periodos son prácticas que aumentan su carga de trabajo y, por ende, su consumo eléctrico.
Con la llegada del invierno y el incremento de las tarifas de la luz, los expertos recomiendan a los consumidores que revisen la antigüedad de sus electrodomésticos y consideren la opción de reemplazarlos por modelos más eficientes. Asimismo, sugieren mantener el frigorífico a una temperatura adecuada, entre 3 y 5 grados Celsius para el compartimento principal, y -18 grados Celsius para el congelador, optimizando así su rendimiento y favoreciendo un ahorro en la factura eléctrica.
Ante este panorama, es fundamental que los consumidores tomen decisiones informadas para gestionar adecuadamente el uso de la energía en sus hogares. La combinación de un mantenimiento adecuado del electrodoméstico, junto con la inversión en modelos más eficientes, puede ser clave para atenuar el impacto que el frigorífico tiene en el gasto energético familiar.





