En 2022, una parte significativa de las empresas afiliadas controladas por las unidades institucionales residentes en la Unión Europea (UE) operaban fuera del bloque. Precisamente, el 52,5% de estas empresas estaban ubicadas fuera de la UE. Los datos más destacados provienen de Irlanda, donde el 65,7% de sus empresas activas se hallaban fuera de la Unión, seguida de cerca por España y Croacia, con un 61,8% cada una.
En contraste, los porcentajes más bajos de empresas situadas fuera del bloque europeo se encontraron en Eslovaquia, con un 8,3%, República Checa (21,9%) y Letonia (24,3%).
Por otro lado, el 61,6% de la facturación neta de estas empresas afiliadas fue generada fuera de la UE. Irlanda lideró nuevamente la lista con un 74,0%, seguida por Chipre (69,6%) y los Países Bajos (68,7%). Sin embargo, Eslovaquia mostró la proporción más baja con un 5,7%, mientras que Hungría alcanzó un 11,2% y Lituania un 14,1%.
El análisis también reveló que menos de un tercio (32,4%) de la inversión bruta en activos no corrientes tangibles se destinó a empresas ubicadas fuera de la UE. Irlanda, con un 77,7%, Dinamarca (68,0%) y Polonia (57,9%) presentaron las tasas más altas de inversión en afiliadas extranjeras. En el extremo opuesto, Eslovaquia registró apenas un 1,8%, Rumania un 2,6% y Hungría un 5,1%.
En términos de empleo, el 61,9% de los empleados y personas autoempleadas trabajando para afiliadas extranjeras controladas por unidades institucionales de la UE estaban fuera de la Unión. Irlanda presentó el mayor porcentaje con un 81,8%, seguida de España (74,1%) y Bulgaria (68,2%). En contraste, Eslovaquia, Malta y Lituania exhibieron los porcentajes más bajos de empleados fuera de la UE, con cifras de 9,5%, 19,7% y 22,0%, respectivamente.
Finalmente, los gastos en beneficios para empleados de estas empresas también reflejaron esta tendencia, alcanzando un 61,3% fuera de la UE. La mayor parte de estos gastos se atribuyó a afiliadas controladas por Irlanda (78,6%), Alemania (64,4%) y Francia (61,6%). Al contrario, Eslovaquia, Rumania y República Checa mostraron los porcentajes más bajos, con 7,5%, 13,6% y 18,9%, correspondientemente.
La creciente proporción de operaciones económicas de la UE fuera de sus fronteras destaca la importancia de los mercados internacionales para el bloque en términos de ingresos, inversión y empleo. Estos datos reflejan una configuración compleja y globalizada de las actividades empresariales europeas.