La comunidad de Little Rock se unió el martes para manifestar su rechazo al uso de tecnologías de detección de disparos al llenar el Ayuntamiento, donde la junta votó 5-3 para terminar el contrato de la ciudad con ShotSpotter. Este sistema, que había sido inicialmente financiado por una subvención federal en 2018, ha sido objeto de críticas por su eficacia y su impacto en las comunidades a las que supuestamente busca proteger.
Desde su implementación, ShotSpotter, ahora conocido como SoundThinking, ha enfrentado numerosas acusaciones sobre su papel en la obtención de fondos federales para las fuerzas policiales locales, así como por sus capacidades que muchos consideran invasivas y propensas a errores. La decisión de Little Rock se produjo en medio de un contrato de renovación de 188,000 dólares que la ciudad debía financiar. Así, se suma a una lista creciente de ciudades estadounidenses que han cuestionado, rechazado o terminado el uso de esta tecnología.
Organizaciones como la Electronic Frontier Foundation (EFF) han expresado preocupaciones claras sobre cómo los sistemas de detección de disparos corren el riesgo de capturar conversaciones privadas y de fomentar políticas policiales discriminatorias. Estos llamados a la acción han sido respaldados por grupos de base que también han trabajado arduamente en la educación comunitaria y el cuestionamiento de las afirmaciones de marketing de la empresa.
Con esta reciente decisión, Little Rock se alinea con otras ciudades que han decidido priorizar la seguridad pública de una manera que no comprometa la privacidad y la dignidad de sus ciudadanos, especialmente de aquellos en comunidades marginadas. Este cambio también invita a otros lugares a reconsiderar la implementación de herramientas de vigilancia que a menudo no logran ofrecer la seguridad prometida y que pueden agravar las injusticias sociales.
Fuente: EFF.org