Los viajes en carretera pueden resultar un tanto monótonos: un paisaje idéntico a sí mismo kilómetro tras kilómetro y una compañía que, con algunas excepciones, se mantiene estable a lo largo del trayecto.
El director de «Due Date», Todd Phillips, supo con éxito trasladar la monotonía del road trip a su propia producción, repitiéndose a sí mismo en su última comedia, protagonizada por Robert Downey Jr. y Zach Galifianakis.
Peter Highman (Downey Jr.) será padre por primera vez. Cuando se apresura para coger el vuelo de Atlanta a Los Ángeles que lo llevará de regreso con su esposa, se encuentra con el aspirante a actor Ethan Tremblay (Galifianakis), con quien deberá compartir un largo viaje en carretera para llegar a destino.
Phillips recrea la fórmula de «The Hangover» (con uno de sus protagonistas) en este nuevo dúo cómico que sostiene un guión vergonzosamente predecible. Ni siquiera el talento de ambos actores para la comedia física y verbal supera el cliché inicial que se estructura en la batalla de los opuestos.
Las pequeñas apariciones de Danny McBride, Juliette Lewis y Jamie Foxx resultan innecesarias, especialmente porque no hacen más que engrosar el listado de talento desperdiciado que caracteriza al film.