En 2023, el sector de servicios en la Unión Europea registró un consumo total final de energía de 4.937 petajoules (PJ), lo que representa una disminución del 1,9% en comparación con los 5.069 PJ del año anterior. Sin embargo, la tendencia a largo plazo muestra un aumento de casi un 25% en el uso final de energía en este sector desde 1990.
A pesar de esta caída reciente, el sector servicios sigue representando una porción relativamente pequeña del consumo total de energía en la UE, alcanzando solo el 13,5%. Este porcentaje es inferior al de otras actividades como el transporte, que consume el 32,0%; los hogares, con un 26,3%; y la industria, que alcanza el 24,6%. Solo el sector de agricultura, silvicultura y pesca tiene un consumo menor, con solo un 3,2%.
El desglose del consumo final de energía en servicios indica que la electricidad es la fuente más utilizada, representando un 51,2% del total, seguida del gas natural con un 26,0%. Las fuentes renovables y los biocombustibles constituyen un 8,4%, mientras que el calor y el petróleo aportan un 7,7% y un 6,2% respectivamente. Solo un 0,6% del consumo proviene de otros productos energéticos, como el carbón o los residuos.
En cuanto a la distribución del consumo entre subsectores, el comercio mayorista y minorista lidera la lista, con un consumo de 847 PJ, lo que equivale al 20,0% del total en servicios. Dentro de este ámbito, el comercio minorista por sí solo es responsable de 538 PJ. En segundo lugar se encuentran las actividades profesionales, científicas y técnicas, además de otros servicios, que consumen 478 PJ (11,3%).
El sector de salud y trabajo social ha superado a las actividades de alojamiento y servicios de comida por consumo de energía, con 468 PJ (11,1%) frente a los 450 PJ (10,6%) de alojamiento y comida. Esta shift en la clasificación se debe a un mayor uso de gas natural y energías renovables en el sector de la salud y a una disminución en el uso de gas natural en el sector de alojamiento.
Este panorama del consumo de energía en 2023 refleja tanto la complejidad del sector de servicios como los esfuerzos por diversificar sus fuentes, especialmente en un contexto donde la sostenibilidad y la eficiencia energética son cada vez más prioritarias en la agenda europea.