El Museo del Prado ofrece una nueva experiencia a sus visitantes a través de sus innovadores itinerarios, invitando a observar su amplia colección desde una perspectiva diferente. Estos recorridos buscan fomentar una apreciación alternativa de las obras, centrándose en temas y detalles que habitualmente pasan desapercibidos, como ya se ha visto en propuestas previas como “Reflejos del Cosmos”, “El Prado en femenino” I y II, o “Calderón y la pintura”. La última incorporación a esta serie es «Un paseo botánico por el Prado», un recorrido diseñado por Eduardo Barba Gómez, un experto jardinero e investigador especializado en botánica dentro del arte.
Este novedoso itinerario celebra la unión entre los mundos del arte y la botánica a través de la observación de 26 obras de maestros como Patinir, Fra Angelico, Tiziano, Velázquez, Rubens y Zurbarán. A través de estas representaciones, se invita al espectador a reflexionar sobre la interesante conexión temporal que se establece entre el artista que pintó hace siglos y el visitante contemporáneo.
A lo largo de las distintas épocas del arte, desde el románico hasta el Renacimiento, las plantas han sido representadas con enfoques variados. Mientras que en el período románico se optaba por una simplificación extrema que dotaba a los vegetales de una singular belleza, el arte gótico comenzó a buscar precisión y fidelidad botánica, haciendo del retrato botánico un tema destacado en las obras. Este interés culminó en el Renacimiento, donde las plantas aparecen profusamente en primer plano con un marcado estilo naturalista.
Las especies vegetales representadas a menudo eran comunes en el entorno del artista; sin embargo, a partir del siglo XVI, la botánica en el arte también se vio enriquecida por plantas exóticas traídas de expediciones a lugares lejanos. De esta manera, los artistas demostraban su extraordinaria atención al detalle del mundo natural, tratando las plantas como un personaje más en sus obras.
El «Paseo botánico por el Prado» abarca un extenso periodo temporal, desde una escultura clásica romana hasta un lienzo del siglo XVIII. El recorrido no solo se centra en pinturas sino que también incluye diversos soportes como mármol y piedras semipreciosas, demostrando que la representación botánica tiene cabida en diferentes manifestaciones artísticas.
Este itinerario ofrece una mirada rica e interdisciplinaria que anima a redescubrir el patrimonio botánico oculto en las obras maestras del Museo del Prado.