En 2022, la Unión Europea experimentó un notable descenso en su uso neto de energía doméstica, que se situó en 58,8 millones de terajoules, lo que representa una disminución del 4,2% en comparación con el año anterior. Esta cifra abarca la energía consumida directamente por los hogares y la utilizada en las actividades productivas de empresas y gobiernos. De este total, un sólido 72,9% fue destinado por negocios y administraciones públicas, mientras que el 27,1% restante correspondió al consumo doméstico.
Analizando el uso energético en las actividades económicas, se observa que el sector manufacturero lideró el consumo, con 15,3 millones de terajoules, lo que equivale al 26,0% del total de energía utilizada. Le siguió el suministro de electricidad, gas, vapor y aire acondicionado, que consumió 11,2 millones de terajoules, representando el 19,0% del total. El transporte y almacenamiento también tuvo un papel relevante, con un uso de 6,9 millones de terajoules, lo que equivale al 11,8%.
El análisis del año anterior revela que la industria manufacturera fue la que más redujo su consumo de energía, con una disminución del 8,5%. A continuación, el sector de electricidad, gas, vapor y aire acondicionado vio una reducción del 5,2%. Sin embargo, el sector de transporte y almacenamiento se destacó como la única actividad económica que incrementó su consumo energético en 2022, con un aumento del 8,1%.
Estos datos reflejan las tendencias y cambios en el uso de energía dentro de la UE, que podrían estar influenciados por factores como la transición hacia fuentes de energía más sostenibles y los esfuerzos por optimizar el consumo energético en pro de la economía y el medio ambiente.