En un mundo cada vez más digital, la privacidad se ha convertido en un derecho fundamental, estrechamente vinculado al uso de la encriptación. Este año, la Electronic Frontier Foundation (EFF) ha logrado importantes avances en la defensa de este derecho frente a legislaciones que ponen en riesgo la seguridad de las comunicaciones personales. Una de las propuestas más cuestionadas ha sido la ley EARN IT en Estados Unidos, que intentaba obligar a las empresas a adoptar un software de escaneo que comprometería la encriptación en los dispositivos móviles. Sin embargo, después de una intensa oposición por parte de más de 100,000 defensores de la privacidad, el proyecto se ha estancado sin avanzar en el Congreso.
La EFF no solo ha luchado contra la EARN IT, sino que también ha mantenido su presión sobre empresas tecnológicas como Meta para que implementen la encriptación de extremo a extremo de manera predeterminada en sus plataformas de mensajería. A pesar de enfrentarse a intentos legales en su contra, sigue defendiendo la idea de que las comunicaciones seguras son esenciales.
En el Reino Unido, la fundación también ha intervenido contra el Online Safety Act, el cual contenía cláusulas que permitirían al gobierno presionar a las empresas para abandonar la encriptación. Tras las fuertes críticas y la movilización de ciudadanos, el gobierno británico ofreció garantías de que la ley no afectaría a los mensajes encriptados, un paso significativo para la protección de la privacidad digital.
Sin embargo, en la Unión Europea, la propuesta de «Chat Control», que busca escanear mensajes privados, ha sido detenida ante la creciente resistencia. A pesar de que algunos estados miembros intentaron impulsar esta legislación, una reciente declaración de varios países, incluidos Alemania y Polonia, indicó que no apoyarían tal iniciativa, recordando el reconocimiento creciente de que la encriptación es un derecho humano.
Otro tema preocupante ha sido el reciente hackeo de sistemas de telecomunicaciones por un grupo respaldado por el gobierno chino, conocido como Salt Typhoon. Este incidente ha resaltado los riesgos que conlleva ofrecer «puertas traseras» en las comunicaciones. La EFF sostiene que no existe una forma segura de proporcionar acceso especial a los datos privados sin que este riesgo de explotación por actores maliciosos.
Mientras las luchas por la protección de la privacidad continúan, EFF reafirma su compromiso de defender el uso de la encriptación como una herramienta vital para garantizar comunicaciones seguras y privadas, tanto para individuos como para la seguridad nacional. La defensa de estos derechos se vuelve más crucial a medida que avanza la tecnología y se intensifican los intentos de control estatal sobre la información personal.
Fuente: EFF.org
