Defender la encriptación ha sido un pilar fundamental de nuestra labor. Sin encriptación, es imposible mantener conversaciones privadas o almacenar datos de manera segura. Este año, hemos sido testigos de ataques a estos derechos en diversas partes del mundo.
La Unión Europea ha intentado, en varias ocasiones, aprobar una propuesta controvertida sobre el escaneo de mensajes, conocida como «Chat Control», que obligaría a los proveedores de mensajería segura a escanear el contenido de los mensajes. Desde su primera introducción en 2022, cada intento ha fracasado, en gran parte debido a la fuerte oposición pública. Aunque la presidencia danesa parecía estar en vías de aprobar esta medida, la presión unitaria de los estados miembros les llevó a reconsiderar su postura. Actualmente, la propuesta de Chat Control incluye un lenguaje que protege la encriptación, lo que representa una buena noticia para los usuarios, aunque aún está lejos de ser perfecta.
Por otro lado, Francia intentó implementar su propia legislativa para romper la encriptación, que permitía a la policía unirse en silencio a chats encriptados. Sin embargo, la Asamblea Nacional francesa rechazó esta peligrosa propuesta, lo que se considera un triunfo en la defensa de la privacidad.
A pesar de estos éxitos, hay preocupaciones persistentes, como lo que ocurre en el Reino Unido, donde se informa que el gobierno británico ordenó a Apple crear una puerta trasera en su encriptación opcional en iCloud. En respuesta, Apple desactivó una de sus características de seguridad más sólidas para los usuarios británicos. Tras varias negociaciones, el Reino Unido ajustó su solicitud para que solo se aplicara a los usuarios británicos, aunque esto no mejora la situación. Se prevén audiencias en los tribunales para 2026, y se seguirán de cerca los acontecimientos.
Mientras tanto, la Comisión Europea ha lanzado su «Hoja de Ruta sobre la Tecnología de la Encriptación», que discute nuevas formas para que las fuerzas del orden accedan a datos encriptados. Es esencial que los funcionarios de la UE abandonen cualquier plan que se centre en eludir la encriptación y, en su lugar, inviertan en un uso más amplio y sólido de la encriptación de extremo a extremo.
En Estados Unidos, la situación no es mejor. El Senado reintrodujo el STOP CSAM Act, que pondría en riesgo la encriptación al exigir que los proveedores de comunicación encriptada tuvieran conocimiento sobre el tipo de contenido que se envía. Esto obligaría a los proveedores a defenderse en costosos juicios sobre contenido que no pueden ver ni controlar. Además, se presentó un proyecto de ley en Florida sobre el uso de redes sociales por menores, que exigía una puerta trasera en los servicios de encriptación y buscaba eliminar mensajes que desaparecen, así como permitir que los padres accedieran sin restricciones a los mensajes de sus hijos. Afortunadamente, este proyecto no logró ser aprobado.
Es poco probable que estos intentos de socavar la encriptación cesen de inmediato. Sin embargo, la EFF seguirá defendiendo el derecho de todos a utilizar la encriptación para mantener comunicaciones en línea seguras y privadas.
Fuente: EFF.org
