Con la llegada de las inclemencias meteorológicas propias del otoño, se hace indispensable que las familias realicen una revisión exhaustiva de sus hogares para protegerlos ante los posibles daños que pueden provocar las tormentas y las bajas temperaturas. Según el reciente «Estudio Multirriesgo Hogar 2024» de INESE, los siniestros más comunes en los hogares están relacionados principalmente con daños por agua, que representan el 44% del total, seguidos de la rotura de cristales, daños eléctricos y fenómenos atmosféricos.
Gema Sanjuan, responsable de la plataforma de Asistencia Hogar de Allianz Partners, enfatiza la importancia de esta prevención. «Las DANAS de los últimos años nos han puesto en preaviso. Ahora más que nunca, debemos asegurarnos de que nuestros hogares están preparados para enfrentar inundaciones, roturas de cristales, filtraciones o rupturas de tuberías», comenta Sanjuan. Allianz Partners, además de ofrecer asistencia en situaciones complicadas, se dedica a ayudar a los propietarios a prevenir estos problemas y garantizar el adecuado mantenimiento de sus viviendas.
Para proteger las viviendas durante esta época de frío y lluvia, Sanjuan recomienda varias medidas cruciales: comenzar con la revisión del tejado para asegurar su impermeabilidad, garantizar que la casa está correctamente aislada mediante el sellado de puertas y ventanas, y proteger los cristales bajando las persianas. Asimismo, señala la importancia de sellar la tarima flotante y mantener limpios los canalones para prevenir obstrucciones y humedades.
Otras recomendaciones incluyen verificar que las tuberías estén protegidas con materiales aislantes para evitar que se congelen, y no tratar de descongelarlas con agua caliente en caso de congelación, ya que esto podría provocar roturas. Además, se debe asegurar el mantenimiento de antenas y chimeneas, así como recurrir a profesionales para revisiones específicas, particularmente de tejados y canalones.
Estas acciones preventivas pueden no solo evitar el inconveniente de los daños, sino también el desembolso económico que suponen los siniestros más costosos, como los incendios, los robos y los relacionados con fenómenos atmosféricos, acorde al estudio de INESE.
